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La estampida del dólar

LA ESTAMPIDA DEL DÓLAR

El viernes 5 el gobierno de Macri apresuradamente a través de sus voceros económicos, Nicolás Dujovne, Luis Caputo y Federico Sturzenegger, tomó medidas de mercado para “conjurar” la crisis del dólar. Calmó momentáneamente la corrida cambiaria, pero las causas que generaron la inestabilidad, tanto externas como internas, no están controladas.

Las causas externas quedaron fuera del control del equipo económico, porque están vinculadas al fortalecimiento del dólar a nivel internacional, producto de la corrección de tasas de interés que realizó la Reserva Federal de EE.UU. Esta corrección está vinculada a la recuperación económica de esta potencia que ha llevado a un mínimo de desempleo, cercano al 3,9%. Corrección que de no producirse se traduciría en inflación. Son de esperar nuevas correcciones de las tasas de interés en el futuro, por lo tanto y dado en nivel de dependencia de nuestra economía del dólar, es de esperar nuevos remesones cambiarios que de hecho se traducirán negativamente en la economía real de los argentinos. La apreciación de la moneda de EE.UU. afecta a todos los países del mundo, pero no a todos de igual manera, a unos más a otros menos, dependiendo del grado de dependencia y fortaleza económica de los distintos países con relación a la economía de EE. UU y su moneda.

Las causas internas de la crisis cambiaria que nos afecta están vinculadas al grado en extremo de dependencia que el país tiene con las economías de las distintas potencias dominantes en el mundo. A tal punto que podríamos decir que si la economía de alguna de ellas estornuda, la nuestra contrae neumonía. La apertura indiscriminada al mundo de la economía por parte del gobierno de Macri nos ha llevado a esta crisis cambiaria. La misma ha mostrado con toda su crudeza el grado de desamparo que tenemos ante los vaivenes económicos del mercado.

Otro gran motivo está en que la economía argentina está monitoreada por los monopolios internacionales, los sectores de terratenientes agrarios que controlan nuestra principal fuente de divisas, los grandes bancos y los capitales especuladores que arriban al país para comprar títulos de deuda que tienen una tasa de interés elevada.

Al producirse los cambios financieros en EE.UU. estos capitales especulativos vendieron títulos nacionales y se hicieron de dólares que reciclaron a las metrópolis para conseguir mayores beneficios y obtener la seguridad que no les dan las economías “emergentes” como la Argentina. En menos de dos semanas el Banco Central argentino vendió más de 7.000 mil millones de dólares para “calmar” al mercado, el equivalente a casi el 12% de su reserva. Si multiplicamos por el precio en pesos del dólar nos da la suma de $154.000.000.000 (ciento cincuenta y cuatro mil millones), o sea, una vez y media lo que la ley previsional del macrismo le arrebató a los jubilados con la reforma aprobada en diciembre de 2017.

Debemos aclarar que las reservas en dólares que posee el Banco Central de la República Argentina en su mayoría es ficticia, dado que se han adquirido en su mayor parte por la venta de títulos de deuda a corto plazo denominados Lebac (Letras del Banco Central) y que se renuevan mensualmente- el día previo al tercer miércoles de cada mes, en este caso el 15 de mayo-, por lo tanto son una deuda con el mercado. Estos son los títulos que compran los bancos por mandato de los especuladores internacionales.

Las medidas para conjurar la corrida

Las medidas que tomó el equipo económico de cambiemos fueron en lo esencial para mantener el rumbo económico que se ha propuesto el gobierno nacional. En general tomaros cuatro grandes medidas para dar señales “positivas” al mercado.

Primero: Reducir la pauta del déficit fiscal de 3,2% a 2,7%, que en buen romance significa ir a fondo con el ajuste: léase: no ceder con el ajuste de tarifas, por el contrario profundizarlo; más despidos en Estado nacional, no ceder en las pautas de aumentos a estatales; menos obra pública; no cumplir con la ley por la que crearon las Unidades Productivas a través del Salario Social Complementario, que protegen a los desocupados; etc.

Segundo subieron las tasas de interés, al convalidar una tasa de referencia del 40%, que es la tasa que recibe un ahorrista que decide prestar dinero a un determinado plazo, las tasas activas para quienes quieran invertir en un negocio, industria, agro, comercio, etc. estarán por las nubes, un caso paradigmático es el caso de las familias que tomaron crédito UVA[1] (Unidad de Valor Adquisitivo), para construir su vivienda. Es esperar, por lo tanto, una profundización del proceso recesivo, estancamiento de la actividad productiva y un aumento los combustibles  y por lo tanto   de la inflación muy por encima de las pautas establecidas en por el gobierno, estimándose actualmente muy superior al 20%, lo que hará perder valor adquisitivo al salario.

La medida de reducir la tenencia de dólares en manos de los bancos del 30% al 10% de su cartera es una medida destinada transitoriamente a inyectar dólares al mercado cambiarios, medida que de todas manera ha favorecido a los bancos en especial al Morgan Stanley, que compraron dólares al inicio de la corrida a $20 y se los obliga a vender el excedente del 10% a valores en el máximo de la corrida, o sea $23, haciendo pingües ganancias.

La gran debilidad

No existe en este momento una fuente genuina de dólares para superar la crisis, los dólares que poseemos son prestados. La fuente real sería un saldo favorable de nuestra Balanza comercial con el mundo, pero llevamos dos años con déficit comercial y se pronostica que este año llegaría a cerca de 14.000 mil millones de dólares, esto es así porque importamos más y exportamos menos. La razón hay que buscarla en la política de apertura indiscriminada del gobierno y que los tenedores de bienes materiales exportables para generar los dólares necesarios, los monopolios y los terratenientes, se han sentado sobre ellos especulando a la espera de mayor depreciación del peso argentino.

Conclusiones

Con el diagnóstico arriba expresado es de esperar nuevas crisis y menos posibilidades de resolverlas con este gobierno. Y por lo tanto nuevos ajustes, más recesión económica, más inflación y más sufrimientos para el pueblo argentino, especialmente para los sectores populares. Por lo tanto es importante tomar conciencia que las política “liberales” del gobierno, que ya las probamos en otros momentos, con la dictadura y el menemismo, no son la solución para los problemas económicos. Es necesario ampliar la base productiva de la economía argentina para poder distribuir más beneficios. Pero para ello debemos iniciar el camino de acabar con la dependencia de nuestro país de las potencias extranjeras lo que no significa aislarnos del mundo, sino entablar relaciones de equidad. Debemos acabar con el control de nuestra producción que es la palanca de acumulación económica, con la existencias de los terratenientes y grandes empresarios que controlan las palancas del campo y del comercio exterior. Es necesario, además, avanzar en el control del sistema bancario. Para esto es necesario la presencia en la economía de un Estado poderoso. Desde ya esto es imposible con la persistencia de un gobierno de ricos como es el de Mauricio Macri.

Alberto I. Agüero

 

[1]  Es una unidad de medida creada por el Banco Central denominada «Unidad de Valor Adquisitivo». Su valor se actualiza diariamente de acuerdo a la variación del CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia), basado en el índice de precios al consumidor. El valor de la UVA es publicado periódicamente por el BCRA en www.bcra.gob.ar