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China desafía a Trump, hunde el yuan

El guion se va cumpliendo paso a paso. A la amenaza de conflicto comercial le sigue ahora el riesgo de guerra de divisas. La secuencia de los últimos días no deja lugar a dudas: el presidente de EE UU, Donald Trump, avanzó el jueves hacia el choque comercial total con el anuncio de nuevos aranceles para productos chinos por valor de 300.000 millones de dólares.

La potencia asiática respondió dejando caer su divisa con fuerza. Para comprar un dólar hacen falta ahora más de siete yuanes. Es esta una barrera psicológica que no se traspasaba desde mayo de 2008. Los mercados respondieron el lunes con bajadas generalizadas. El escenario de un mundo enfrentado en dos bloques económicos es cada día más real.
El temor a que la batalla arancelaria detone una guerra de divisas entre EE UU y China provocó caídas en las Bolsas de todo el mundo y que Wall Street sufriera la peor jornada del año. El Dow Jones cerró con una caída del 2,9% y el S&P 500 de un 2,98%. La caída del yuan hundió primero las Bolsas asiáticas, después las europeas y más tarde las norteamericanas. La confrontación entre Washington y Pekín provocó una caída en la Bolsa japonesa del 1,74%. Pero eso era solo el principio. A las pocas horas, Londres y París se dejaban más del 2%; Fráncfort, el 1,8% y Madrid y Milán, el 1,3%.

El cóctel que amenaza a la economía global ya tiene todos los ingredientes: ataques y contraataques comerciales; fuertes caídas en Bolsa, que ayer se reprodujeron en los mercados asiáticos, europeos y americanos; un volumen creciente de deuda que ofrece rentabilidades negativas —es decir, los inversores se ven obligados a pagar por adquirir bonos soberanos—; medidas de emergencia por parte de los bancos centrales para llenar de liquidez el sistema… Y ahora se unen los fuertes movimientos en los mercados de divisas que vuelven a despertar la ira del presidente Trump. “Las implicaciones de sobrepasar la barrera de los siete yuanes son tremendas. Parece como si un tsunami se estuviera acercando”, aseguró al Financial Timesel analista de Commerzbank Hao Zhou.

La debilidad del yuan hace que, de un día para otro, las exportaciones chinas sean más competitivas, aliviando así el efecto negativo de las barreras comerciales de EE UU. El Banco Popular de China (BPC) no hizo demasiados esfuerzos por negar el vínculo entre las tensiones comerciales y las turbulencias en el mercado de divisas. En un comunicado, el banco central chino explicó el debilitamiento del yuan por las prácticas proteccionistas y la aprobación de aranceles. El banco, añadió, tiene “la experiencia, la confianza y la capacidad de mantener el tipo de cambio del renminbi [nombre oficial de la divisa china] estable y en un nivel de equilibrio razonable”. Pese a todo, el gobernador del BPC, Yi Gang, añadió que su país no entrará “en una devaluación competitiva y que no usará el tipo de cambio del yuan” para aumentar su competitividad.

Más aranceles

Pekín había prometido “represalias” después de que Trump indicase que impondría tasas del 10% a productos chinos valorados en 300.000 millones de dólares (unos 270.000 millones de euros) a partir del 1 de septiembre. Todo apunta a que, después de la fracasada reunión que los dos Gobiernos mantuvieron en Shanghái la semana pasada, China se ha convencido de que el acuerdo con EE UU es cada vez menos realista y ha decidido disparar primero. “Es mucho más probable que ese acuerdo llegue en 2020, año de elecciones, cuando una súbita mejora del mercado podría servir de ayuda a la campaña de Trump”, escribe Ian Bremmer, presidente del think-tank Eurasia.

“La devaluación del yuan era un arma muy poderosa que China tenía sobre la mesa. Y que se decida a usarla ahora, precisamente cuando la Reserva Federal ha accedido a bajar los tipos de interés, hace pensar a los inversores que lo que era una guerra comercial se empieza a convertir también en una guerra de divisas”, asegura en una nota el analista de IG Aitor Méndez.

Julian Evans-Pritchard, analista de la consultora Capital Economics citado por la agencia Efe, recuerda que, en ocasiones anteriores, el Banco Popular de China había intervenido para evitar que el dólar cruzase la línea de los siete yuanes. El hecho de que el banco central haya vinculado la depreciación con los aranceles muestra que Pekín ha convertido la tasa de cambio en un arma, añade este analista.

El tipo onshore —el que opera en los mercados locales— cayó ayer a su nivel más bajo desde 2008, en lo peor de la crisis financiera. Superaba así la franja de un dólar / siete yuanes que las autoridades no han dejado sobrepasar en otras ocasiones. La versión offshore de la moneda —creada en Hong Kong en 2010 para cotizar en los mercados internacionales— cayó un 1,6%, su mayor descenso diario en cuatro años y superando por primera vez en este mercado la barrera psicológica de los siete yuanes.

A la recobrada debilidad del yuan se unen nuevas represalias de Pekín a los aranceles anunciados por Trump. Según anunció el Ministerio de Comercio chino, las empresas estatales del gigante asiático dejarán de comprar productos agrícolas a Estados Unidos. Esta decisión supone un nuevo golpe donde más duele al presidente Trump a un año de las elecciones en las que tratará de salir reelegido.

Además, la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado de China mantendrá abierta la posibilidad de imponer un gravamen a los productos agrícolas estadounidenses adquiridos desde el 3 de agosto.

EE UU ve “manipulación”

Tras el cierre de los mercados asiáticos, cuando EE UU empezaba a despertarse, Trump reaccionó con un doble ataque: contra China por debilitar su moneda y contra Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal (Fed) que él mismo nombró. “China ha reducido el precio de su divisa hasta alcanzar casi un mínimo histórico. A esto se le llama manipulación de la divisa. ¿Estás escuchando, Reserva Federal? Esta es una grave violación que va a debilitar mucho a China”, tuiteó.

Además de cargar contra los gobernantes chinos, el presidente reaviva así sus ataques a la Fed, que la semana pasada bajó tipos de interés por primera vez desde 2008. Pero esa decisión supo a poco a Trump, que reclama a Powell nuevas rebajas que sirvan de apoyo a la economía de EE UU en su lucha sin cuartel contra el país que ya no oculta su condición de rival por la hegemonía económica mundial.

“China ha usado siempre la manipulación de divisas para robar nuestros negocios y empresas, dañar nuestros trabajos y reducir los salarios de nuestros empleados y los precios de nuestros agricultores. ¡Nunca más!”, escribió el líder estadounidense en otra ristra de tuits cargados de furia contra China.

Hace ya tiempo que el Gobierno estadounidense denuncia las supuestas manipulaciones de divisas por parte de Pekín, movimientos con los que trataría de evitar que el yuan se aprecie demasiado y que, por tanto, las exportaciones chinas pierdan competitividad. En mayo, el Departamento del Tesoro estadounidense mantuvo China en su lista de economías que merecen “atención” por sus prácticas cambiarias, y manifestó que continúa teniendo “preocupaciones significativas” en este aspecto.

Nick Wall, cogestor del fondo Merian Strategic Absolute Return detecta varias consecuencias en el movimiento del yuan. Primero, que la perspectiva de un acuerdo comercial con EE UU se aleja. Segundo, que la fortaleza del dólar va a hacer daño a los países en vías de desarrollo que se han endeudado en esta divisa. Y tercero, añade más presión a la Fed para que baje más rápido los tipos de interés.

(Fuente: El País)