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La relación con altas y bajas

La Plata estará al rojo vivo el primer fin de semana de noviembre con el duelo Gimnasia-Estudiantes, por la fecha 12ª de la Superliga, pero también con un nuevo capítulo de la pelea entre Diego Armando Maradona, nuevo entrenador de Gimnasia, y Juan Sebastián Verón, presidente del club rival. De la repentina suplencia del ex Manchester United durante el Mundial de Sudáfrica y con Maradona como conductor, pasando por el áspero cruce que ambos protagonizaron en 2016, en el Partido por la Paz organizado por el Papa Francisco.

Ambos coincidieron por primera vez en 1996, cuando eran titulares en el Boca Juniors que dirigía Héctor Veira. Maradona quemaba su última etapa como jugador profesional; el otro, un pichón de crack de 21 años, arribaba desde Estudiantes al club de la Ribera. Por entonces la relación era excelente y había sintonía fina. Con el paso de los años, algo se rompió entre ellos.

El primer quiebre ocurrió en Sudáfrica 2010. Diego pasó de abrirle de nuevo las puertas de la Selección Argentina a Verón, tras la eliminación en Japón-Corea 2002, a sentarlo en el banco contra México y Alemania, en octavos y cuartos de final de aquel Mundial, por una supuesta “fatiga muscular”. La Bruja, de gran afinidad con Lionel Messi, había arrancado como titular ante Nigeria.

Consumado el 0-4 ante Alemania, Verón declaró: “Maradona es contradictorio en algunas cosas. Me pidió que sea el Xavi del equipo y después no jugué. Te quedás sin jugar y eso duele”. Fue el primer desencuentro entre ambos.

El segundo tuvo lugar en el Partido por la Paz, jugado en 2016 en el Olímpico de Roma. Allí se cruzaron en la mitad de la cancha al finalizar el primer tiempo. “Yo no te boludeo Bruja, te digo las cosas en la cara”, lo encaró el Diez.

Es que, en aquel año, Maradona buscó arrimarse a la conducción de la AFA, a raíz de la buena relación con Gianni Infantino y con Primo Corvaro, el emisario que mandó la FIFA para levantar el por entonces Comité de Normalización. Diego soñó con presidir la AFA y quedarse con el control del fútbol argentino post-Grondona. Sin embargo, trascendió que el actual titular de Estudiantes de La Plata se opuso con firmeza.

Y entonces Diego le salió con los tapones de punta: “A mí me traicionó, como lo hizo con Casillas y Baggio. Ahora se hace el dirigente, el presidente, con él no quiero saber absolutamente nada. Ni con él ni con el padre”. Respondió Verón con la misma virulencia: “No le doy relevancia a lo que dice Maradona, es poco serio”.

Ya como nuevo técnico de Gimnasia, Maradona disparó: «A toda la gente del Lobo la llevo en el corazón. Y ustedes saben que hay una yunta enfrente que me tiró de los huevos para abajo. Y yo esa no se la perdono a nadie». Verón por ahora hace silenzio stampa. El próximo 3 de noviembre, cuando se dispute el clásico platense, ambos podrán firmar la pipa de la paz. O declararse abiertamente en guerra.

(Fuente: Página12)