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Pekín y Hong Kong

Como el Londres y el París de la famosa ­novela de Charles Dickens, la de Pekín y Hong Kong es ahora mismo la “Historia de dos ciu­dades”. La primera vive días de ­vino y rosas, con todos sus esfuerzos centrados en que el mundo sea hoy testigo de la grandeza alcan­zada en las últimas siete décadas gracias a la sabia dirección del ­Partido Comunista. Mientras, la segunda atraviesa una de las ma­yores crisis de su historia, con es­cenas de caos y violencia que suponen un desafío directo al Gobierno de la madre patria, a quien le quieren afear los fastos.

En Pekín todo está dispuesto para el gran día, que vivirá su momento álgido con el mayor desfile militar que hayan visto nunca sus calles. Para que el espectáculo no desmerezca ni un ápice, los 15.000 uniformados que marcharán frente al presidente chino, Xi Jinping, han sido seleccionados por su destreza, forma física y estatura: entre 1,63 y 1,75 las mujeres y entre 1,75 y 1,85 los varones. Junto a ellos, también saldrán 160 aviones y 580 piezas del armamento más sofisticado de las Fuerzas Armadas, incluidas armas de fabricación propia que nunca han sido mostradas en público.

El régimen chino quiere que el desfile militar en Pekín sea el momento álgido de esta conmemoración

En los días previos, los medios especializados especulaban con la posibilidad de que se exhiban el DF-41, misil intercontinental de múltiples cabezas nucleares capaz de alcanzar cualquier objetivo en Estados Unidos. También podrían mostrarse aparatos tan espectaculares como el J-20 Chengdu, primer caza de combate furtivo chino, o el dron de reconocimiento WZ-8, capaz de identificar objetivos a grandes distancias en un tiempo muy corto.

Conscientes de que su auge militar es visto con recelo por terceros países, Pekín ya desmintió que la muestra se dirija contra nadie en concreto. “Cuando mostramos nuestro armamento, se dice que estamos mostrando músculo militar. Cuando no, nos acusan de ser poco transparentes” defendió hace unos días el coronel Wu Qian. Queda por ver si capitales como Taipéi o Washington interpretan así tamaña demostración de poderío.

Desobediencia. Jóvenes en la cadena humana de protesta celebrada anoche en Hong Kong

El tono festivo de la jornada, que incluye un discurso de Xi y un fastuoso espectáculo pirotécnico, contrasta con el que se vive 2.000 kilómetros más al sur. Ayer, Hong Kong se despertó todavía con resaca después de los episodios de violencia que se vivieron el domingo, cuando policía y manifestantes se enfrentaron con dureza y dejaron un balance de 13 hospitalizados -incluida una periodista indonesia que puede perder un ojo- y más de cien detenidos.

En la excolonia británica no habrá grandes celebraciones ni fuegos artificiales. En su lugar, se espera una jornada de algaradas que la policía ya avanzó ayer que puede ser “muy, muy peligrosa”. “Tenemos informaciones que sugieren que algunos manifestantes muy violentos están incitando a otros a cometer actos extremos, como asesinar policías, disfrazarse de oficiales para matar a otros y provocar incendios en estaciones de servicio”, señaló John Tse, superintendente de la policía de Hong Kong sin aportar ninguna prueba.

Durante este lunes, a la misma hora que Xi presentaba en la plaza de Tiananmen sus respetos al cuerpo embalsamado de Mao Zendog, los agentes hongkoneses detenían a tres reconocidos activistas de la ciudad. Sin embargo, el recado no caló en una juventud que despidió el día con una cadena humana antes de acostarse con la firme promesa de hacer lo posible por arruinarle al líder chino su momento de gloria en el día Nacional.

(FUENTE: LA VANGUARDIA )