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LAS COMUNICACIONES EN EL DISCURSO DEL PRESIDENTE Y LA AGENDA DEMOCRÁTICA Y POPULAR

El martes 10 asumió Alberto Fernández y dio habló frente a la Asamblea legislativa. En su discurso tiró cifras que sorprendieron, sobre todo en relación a la pobreza y la destrucción de la economía argentina. También, el nuevo presidente, habló de mediadas que ilusionaron, propuso no pagar deuda con el hambre del pueblo y apelar a la solidaridad de quienes más tienen para terminar con esa urgencia. Para lograr dicho objetivo llamó a terminar con la grieta y dejar de ver como adversario al que opina diferente.


En el momento tocar el tema de las comunicaciones Alberto Fernández también arrojó números: durante la gestión de Mauricio Macri se gastó 9000 millones de pesos en pauta publicitaria. Más allá de todo lo que podría hacerse en materia de asistencia o de inversión en producción con ese dinero, nadie duda que esa pauta fue a parar a las arcas de los medios de comunicación, de los periodistas y grupos de trolls, que hicieron alabanzas del gobierno de Cambiemos. No obstante, eso, renglón seguido en presidente aclaró que de entrada no va a quitar esos fondos, para no desestabilizar las finanzas de los medios de comunicaciones, en una clara señal hacia Clarín y La Nación, y consecuente con su propuesta de zanjar la grieta. Pero si dijo que su gestión va a cambiar la finalidad de la pauta para dejar de hacer propaganda por una gestión y pasará a ser una herramienta educativa. También señaló que no se pagará más a periodistas en forma individual, sino que el dinero irá a las empresas de medios. Luego Fernández habló de fomentar las industrias del conocimiento y algunos detalles más, pero en general dio la sensación de que no viene con intenciones de afrontar grandes batallas en el campo de la comunicación, sino más bien con ánimo de a acordar con todos los sectores para poder llevar a cabo su plan contra el hambre.


A la hora de nombrar su cartera de funcionarios, Alberto Fernández organizó la comunicación en tres grandes áreas que ya tienen nombres propios para dirigirlas. Secretaría de Comunicación y Prensa, Secretaría de Medios y ENACOM. Vamos por parte.
En la Secretaría de Comunicación y Prensa, designó a Juan Pablo Biondi, el vocero de su campaña, que ahora manejará la comunicación de la presidencia, será el vocero oficial y también manejará la pauta publicitaria oficial, que es un asunto controvertido en todas las administraciones.

Además, no solo existe la pauta que sale desde la presidencia, también los organismos nacionales como ANSES, Aerolíneas, YPF, etc. manejan presupuestos que destinan a los medios. Si bien Fernández ya anunció algo en su discurso sobre estos fondos, si se mantiene intacto el actual es-quema de distribuciones, se verán beneficiados los sectores de medios que ya concentran la pauta oficial, y seguirán relegados los medios alternativos, comunitarios o cooperativos que en la práctica son las voces de los que padecen las urgencias. Hay que seguir de cerca la resolución de esta cuestión para entender cuál es el plan de Fernández respecto a la concentración económica de los medios de comunicación.


La secretaría de Medios tendrá a su cargo los medios públicos y el responsable del área será de Francisco “Pancho” Meritello. Su secretaría dirigirá RTA (Radio y Televisión Argentina), organismo que coordina a Canal 7 y a Radio Nacional, además de la Agencia Télam. Al frente de RTA ya fue confirmada la periodista Rosario Lufrano. Meritello es gerente de Octubre, grupo propietario de Página 12 entre otros medios que en realidad son de Victor Santa María, Secretario del gremio de los porteros de edificios.


Ambas carteras, Secretaría de Comunicación y Prensa y Secretaría de Medios, son lugares de poder importantes para visibilidad la campaña contra el hambre que lanzó el presidente, con el apoyo de las organizaciones sociales, la iglesia y artistas. El campo popular, las economías sociales y los sindicatos, tienen que disputar un espacio en la agenda de la comunicación presidencia y de los medios públicos, para hacer hoy sus propuestas y a sus dirigentes, para combatir los estigmas sociales que instaló el macrismo y la derecha sobre los planes y sobre la lucha.
En cuanto al ENACOM, fue promovido a presidente un actual miembro de su directorio, Claudio Ambrosini, que muchos años fue el jefe de prensa de Sergio Massa, y a partir de ahora será titular del ente autárquico y descentraliza-do que regula la comunicación y conduce el proceso de convergencia tecnológica.


El ENACOM hoy está en la órbita de la Secretaría de Modernización, que no existiría más en el nuevo organigrama del Gobierno, así que habrá que esperar ver a donde lo mueven. Pero es un interrogante menor. Lo que verdadera-mente importa es si el ente quedará con el esquema que impuso Macri, por decreto en diciembre de 2015, o si volverá a tomar el modelo que creó el kirchenrimos cuando creó por separado dos agencias, una encargada de regular los medios audiovisuales y otra de las TICs.


Que va a pasar con la política de este no es un detalle si se tiene en cuenta que durante la anterior gestión se permitió la fusión del grupo Clarín y de Telecom. Además, hace menos de un mes, la empresa Telefónica, que controla la mitad de la telefonía básica tradicional, que tiene una gran red de telecomunicaciones con la cual brinda conexión a internet entre otras cosas, anunció que quiere asociarse o desprenderse de sus filiales en Latinoamérica. ¿Qué capi-tales van a llegar? La empresa estatal ARSAT es otro tema a tener en cuenta ¿Cuál va a ser su política en el nuevo gobierno? ¿Va a competir con las empresas privadas o solo va a llegar a donde el monopolio no llega?


Del discurso de Fernández quedó claro que, al menos en un primer momento, no va a poner en el eje de su política los grandes problemas de la comunicación en la argentina. Pero ello no significa que esos problemas no sigan su curso y que las empresas que controlan el mercado no sigan definiendo sus políticas. La convergencia digital, la migración de contenidos de las plataformas tradicionales a las redes sociales, el control de esos contenidos por nuevos los monopolios como Facebook o Google. El retraso en el desarrollo de infraestructura de telecomunicaciones en muchas zonas del país. Según el plan que se trazó en el 2010, el 1 de diciembre de este año tendría que haberse producido el “apagón analógico” es decir, que solo deberían haber quedado transmitiéndolas señales digitales.


Por más que tácticamente al gobierno que asume, le conviene hacer la plancha en materia de comunicaciones, para no alterar el frágil status cuo, la situación no deja de ser propicia para debatir nuevamente la necesidad de políticas nacionales dé comunicaron que recuperen soberanía desde todos los puntos de vista: acceso a la vos publica, a la información, a las decisiones. Para democratizar la comunicación en argentina hay que avanzar en todas las discu-siones, quien controla los medios, como se gasta la pauta y un plan de infraestructura de telecomunicaciones que abra el juego en la gestión de las redes, para darle protagonismo a mas actores: los usuarios, las pymes locales, los estados provinciales, municipales, las comunidades educativas y científicas, los sindicatos, partidos políticos y el campo popular en general.


Por: Federico Agüero