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La UNESCO incorporó cinco expresiones latinoamericanas al Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) informó sobre la incorporación de diversas expresiones a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Las candidaturas fueron aprobadas durante una reunión, que comenzó este lunes, del Comité Intergubernamental de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, bajo la presidencia de Punchi Nilame Meegaswatte, secretario general de la Comisión Nacional de Sri Lanka para la Unesco.

Entre las expresiones aprobadas están festividades, géneros musicales, danzas, prácticas y saberes de varios países de América Latina.

La Fiesta Grande de Tarija en Bolivia

En la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ademas fue incluida la Fiesta Grande de Tarija de Bolivia.

Esta festividad tiene lugar en la ciudad de Tarija, al sureste del país suramericano, y se celebra todos los años en los meses de agosto y septiembre; e incluye procesiones religiosas —visitando la catedral e iglesias—, festivales de música, bailes, competiciones, fuegos artificiales, exposiciones de artesanías regionales y preparaciones de comidas tradicionales, todo en honor al patrono San Roque.

El origen de la Fiesta Grande de Tarija se remonta a los tiempos de la colonización española, cuando los habitantes de la ciudad hacían rogativas a este patrono para que les protegiera contra las enfermedades.

Una característica importante de esta festividad es que quienes participan de los bailes y la música usan máscaras e indumentarias muy llamativas.

Aparte del carácter religioso que tiene esta celebración, la fiesta coincide con el fin de la estación seca invernal y el comienzo del período de producción agrícola.

San Juan Bautista en Venezuela

La Unesco informó que también  al Patrimonio Cultural Inmaterial el “Ciclo festivo alrededor de la veneración y culto de San Juan Bautista” de Venezuela.

Se trata de “prácticas y conocimientos culturales” que están vinculados a las celebraciones en honor a San Juan Bautista en este país suramericano, que datan del siglo XVIII y su origen estuvo en las comunidades afrovenezolanas esclavizadas durante la época de la colonia española.

Esta festividad tiene una mezcla de catolicismo con expresiones culturales de índole verbal, musical y física, vinculadas al África Subsahariana. En las celebraciones hay procesiones con la imagen de San Juan Bautista, repique de tambores, bailes, narraciones y más.

A la fecha, quienes hacen parte de estas prácticas y saberes, denominados ‘sanjuaneros’, consideran estas celebraciones como un símbolo de resistencia cultural y de libertad, así como una manera de evocar la memoria de sus antepasados esclavos.

En cuanto a las fechas de celebración, estas varían de acuerdo a la región, pero las principales son el 23 y 24 de junio.

El pasillo de Ecuador

Otra de las expresiones latinoamericanas que se suma a la lista de la Unesco es un género musical de Ecuador conocido como pasillo.

Su origen se remonta al siglo XIX y es el resultado de una fusión entre diversas músicas indígenas y europeas, en particular el vals, el minué y el bolero español.

“Es una expresión de la identidad musical del Ecuador, representa un poema que se canta, es una música inolvidable que al cantarlo o escucharlo habremos reconocido, comprendido y amado a nuestra patria, pues se nutre de las manifestaciones sentimentales del cholo costeño, el montubio y también el citadino”, define el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del país suramericano.

Este género musical es interpretado por solistas, dúos, tríos y orquestas; y su baile se hace en pareja, dando pasos cortos.

Corpus Christi en Panamá

También se incluyó en el listado de la Unesco a las “danzas y expresiones asociadas a la festividad del Corpus Christi” en Panamá. 

Se trata de la celebración del cuerpo y la sangre de Cristo crucificado. En Panamá, esta festividad mezcla las celebraciones religiosas de la iglesia católica con prácticas culturales populares, como representaciones teatrales, músicas, danzas populares y comparsas de gentes disfrazadas.

Esta manifestación inicia 60 días después del Domingo de Resurrección y la más importante tiene lugar en La Villa de Los Santos, en la provincia homónima.

En la celebración predominan los diablos danzantes, limpios y sucios, con trajes y grandes máscaras muy llamativos.

Prácticas del pueblo awajún de Perú

En el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad también se anexó a los “valores, conocimientos, saberes y prácticas del pueblo awajún asociados a la producción de cerámica” en Perú.

Se trata de un pueblo indígena que está asentado al norte de Perú, en la selva amazónica. De acuerdo con la Unesco, esta comunidad considera que “el arte de la alfarería es un paradigma de su armoniosa relación con la naturaleza”.

Para la producción de su cerámica siguen un proceso de cinco fases, que incluyen la recogida de la materia prima, el modelado, la cocción, la ornamentación y el acabado.

Para la fabricación, utilizan piedras para triturar y pulimentar, tablas de madera, un utensilio para modelar y un pincel cuyo pelo está confeccionado con cabellos humanos.

Las piezas son decoradas con formas geométricas inspiradas en elementos de la naturaleza; y estos productos sirven para cocinar, comer, beber y servir comidas, pero también se utilizan en la celebración de rituales y ceremonias.

Esta práctica milenaria ha sido transmitida de manera oral por generaciones y las principales personas que conservan estos conocimientos son las sabias ancianas conocidas como ‘dukúg’.