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Una docente caucetera  fue embaucada al cancelar un vuelo

El plan por un viaje de placer y diversión a Capital Federal de una docente caucetera, se convirtió en una terrible odisea y en un fraude que le costó 170 mil pesos y un préstamo de 1 millón. El problema comenzó cuando quiso cancelar los vuelos en una compañía aérea y se contactó con una persona que la terminó estafando a través de una conversación vía Whatsapp.

El drama mayor fue para el padre de esa docente de educación especial, de 26 años y cuyas iniciales son P.G – pidió reservar su nombre-, a quien le vaciaron la cuenta de caja de ahorro. El préstamo también fue solicitado a nombre del papá de la chica, pero como descubrieron la maniobra casi en el acto, consiguieron cancelarlo. Y es que la joven suministró datos de la tarjeta de su padre a la otra persona que la estafó el domingo a la noche.

Todo surgió a partir del reclamo de la docente a la firma Flybondi y el pedido de cancelación de los vuelos ida y vuelta de Mendoza a Capital Federal, que compró en esa compañía aérea, según explicó la muer.  Sucede que ella tenía previsto viajar por un recital, pero la firma reprogramó las fechas de sus pasajes y le arruinó los planes.

“Como me cambiaron las fechas de los vuelos, decidí pedir la cancelación y el reintegro del dinero de los pasajes. Llamé a la empresa y les envié correos electrónicos, pero no contestaban. En mi apuro, encontré una cuenta de Twitter que tenía el nombre de la empresa, les escribí y se contactaron conmigo”, explicó la docente. Ahí empezó todo, el domingo a la noche.

“Después me puse a pensar. A lo mejor la cuenta era falsa y no era de la empresa, pero evidentemente hay datos que se filtraron de ahí. Les pasé mi número de celular y me llamaron por Whatsapp. Ya tenían algunos de mis datos, conocían las fechas de la confirmación del primer vuelo”, comentó, mientras que explicó que el hombre le solicitó datos de su tarjeta para corroborar su identidad e iniciar la cancelación de los vuelos.

Al rato la llamaron de nuevo, pero para pedirle los datos de la tarjeta de un familiar. Incluso le solicitaron los de su madre fallecida. Como ella había comprado los pasajes con la tarjeta de su padre, les suministró parte de los números del plástico de éste. La docente asegura que jamás les proporcionó la clave de home banking.

El desconocido la mantuvo al teléfono, supuestamente mientras cancelaba los pasajes y generaba la devolución del dinero. A todo eso, su padre permanecía a su lado. Lo sorprendente fue que, en esos instantes, el papá de la joven empezó a recibir mensajes en su correo electrónico en los cuales le informaban sobre una serie de transferencias de dinero a otra cuenta y el otorgamiento de un préstamo.

Eso les alertó de que algo extraño sucedía; de hecho, la joven le dijo al desconocido con el que hablaba que estaban haciendo transferencia desde la cuenta de su papá. El embaucador le respondió de inmediato que eso no podía ser y cortó abruptamente la comunicación. Minutos más tarde descubrieron que había sido víctimas de una estafa virtual. Después intentaron contactarse con el número de Capital Federal del cual le llamaron, pero la había bloqueado.

El padre de la docente fue a un cajero y constató que realizaron cuatro transferencias desde su cuenta bancaria: tres por 50 mil pesos y una cuarta por 20 mil. Además, habían sacado un préstamo a su nombre por 1 millón de pesos. Este último monto no llegó a transferirse a la cuenta de los estafadores debido a que el hombre mayor anuló la operación a tiempo.

Los delincuentes vaciaron la cuenta bancaria al padre de la docente. “No le dejaron ni un peso. Le sacaron todo el dinero nos quedaba para el mes. Es una situación que no se la deseo a nadie”, expreso la joven, sorprendida por cómo los estafaron. También comentó que este lunes por fin consiguió que la atendieran en Flybondi y les reclamo por la estafa que sufrió, pero desde la firma le dijeron que eso era imposible, que ellos sólo se contactan con los clientes por medio de correo electrónico y un 0800. El caso ahora es investigado en la Central de Policía.

Fuente: TiempodeSanJuan