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Del intento de proscripción al intento de asesinato

Alberto I. Agüero-P. Federico Suero

La derecha y el imperialismo ya no se conforman con chantajear al pueblo económicamente. Sus discursos de odio hacia el pueblo y su lucha, son afines al accionar de grupos antidemocráticos. Es en un intento de debilitar y paralizar la organización popular.

El intento de asesinato que sufrió la vice presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el jueves primero de septiembre, conmocionó al pueblo argentino. Los rápidos reflejos democráticos del pueblo y sus organizaciones políticas, sindicales y sociales, que se movilizaron de manera masiva y contundente, el día viernes 2 en todo el país, para repudiar este hecho, arrinconó a los sectores de la derecha oligárquica que, a partir de la llegada de Massa al Ministerio de economía, habían lanzado una ofensiva feroz contra el campo popular.

Dos hechos políticos resonantes

Dos hechos de gran resonancia política que se sucedieron en estas últimas semanas, han producido un cambio importante en la situación política en nuestro país, volcando a cientos de miles de argentinos a las calles para enfrentar a la derecha oligárquica referenciada políticamente en Juntos por el Cambio, que avanzaba usando parte del aparato judicial y mediático contra las organizaciones del campo popular y contra los líderes políticos en los que las masas populares se referencian.

Uno de estos hechos fue el pedido del fiscal Luciani de condenar a doce años de prisión a la Vicepresidenta Cristina Kirchner e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos, evidenciando el deseo de debilitar el Frente de Todos con su proscripción. El otro hecho, fue el intento de asesinato de la Vicepresidenta, que muestra hasta donde llegan los discursos de odio que, diariamente desde los medios de comunicación hegemónicos y desde los sectores de la derecha reaccionaria se descargan contra las organizaciones sociales, sindicales, referentes políticos, etc.

Estos dos acontecimientos hicieron que el pueblo gane las calles ante el peligro de desestabilización del gobierno nacional e inestabilidad social al que están apostando un sector de las clases dominantes de nuestro país.

Condicionamientos al gobierno

La derecha oligárquica y los sectores de las clases dominantes, ligados principalmente al imperialismo yanqui, han condicionado al gobierno nacional de dos maneras.

Primero desde lo económico, sentándose sobre los granos de soja de la cosecha de este año especulando con una brusca devaluación del peso argentino que ha tenido sus efectos en la altísima inflación que estamos viviendo, presionando al gobierno a sabiendas de la falta de dólares en las reservas del Banco Central.

Los terratenientes, las cerealeras y los sectores exportadores del agro, tienen en sus manos la herramienta perfecta para limitar al gobierno nacional, ya que determinan la entrada de dólares, producto de las exportaciones, que son necesarios hacer que luego funcione nuestra industria que, al ser dependiente de bienes extranjeros, precisa la divisa norteamericana para importar insumos y bienes de capital y, de esta manera generar actividad productiva y por lo tanto puestos de trabajo.

Esta es la llave que tiene la oligarquía para condicionar a cualquier gobierno que no sea de su riñón. En este sentido el gobierno de Alberto Fernández no ha logrado romper con estas trabas que tienen que ver con la conformación y desarrollo del sistema productivo de nuestro país, dejando pasar una oportunidad histórica cuando dio marcha atrás con la expropiación de la empresa Vicentin, cuyos propietarios privados han defraudo al Estado por cifras millonarias. Esta situación la hemos analizado extensamente en editoriales anteriores de Protagonismo Popular.

A su vez la estafa macrista con el FMI, legalizada por un sector minoritario del Frente de Todos y la mayoría de Juntos por el Cambio, es otro de los condicionantes con los que las clases dominantes debilitan cualquier medida de carácter popular que pueda tomar el gobierno.

En segundo lugar. El otro aspecto desde donde se debilita al gobierno y se intenta romper al Frente de Todos es desde el aparato mediático judicial. Los episodios de corrupción son algo inherente al sistema político capitalista donde la influencia del capital determina desde las posibilidades de adquirir determinados bienes hasta la posibilidad de realizar “negocios” con el Estado. Muchos funcionarios de los distintos gobiernos incurren en este tipo de delitos en complicidad con empresarios, medios de comunicación afines, etc.

El problema radica en que, en nombre de combatir la corrupción, se está utilizando a la justicia para proscribir y criminalizar tanto a líderes políticos con los que las masas populares se sienten identificadas como a organizaciones del campo popular que enfrentan el ajuste y los planes del FMI. Este es el trasfondo de esta avanzada judicial contra Cristina y contra las organizaciones sociales como la CCC.

La llegada de Sergio Massa

No debemos confundirnos, la derecha oligárquica se sintió envalentonada con la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía e intentó vincularlo rápidamente con los sectores más de centro derecha de Juntos por el Cambio como Horacio Rodríguez Larreta. Esto fue propuesto incluso por el embajador norteamericano Marc Stanley quien en una reunión del Consejo de las Américas de más de cien empresarios extranjeros y argentinos, con la presencia de Rodríguez Larreta, de Juntos Por el Cambio y Sergio Massa, del Frente de Todos, propuso que se conforme una gran coalición electoral sin esperar al 2023, para garantizar que Argentina cumpla el acuerdo con el Fondo y garantice ser proveedora de energía y alimentos al mundo de la mano de las empresas vinculadas a los yanquis.

Con la reacción popular frente a los últimos acontecimientos políticos, la derecha oligárquica quedó descolocada y entró en debate interno. Lo que le ha quitado momentáneamente ímpetu a su iniciativa antipopular. Pero las medidas económicas de Sergio Massa de otorgarle concesiones a las grandes exportadoras, cerealeras principalmente, elevándoles sectorialmente el tipo de cambio- dólar a $200-, van en dirección contraria a las necesidades populares, posibilitando que crezca la inflación y se profundice el sufrimiento del pueblo. Otro hecho que está vinculado a estas medidas, es el viaje que realiza el ministro por EE.UU., solicitando nuevos préstamos en dólares y nuevas concesiones de los organismos de créditos internacionales para poder cumplir, de esa manera, con las exigencias del “acuerdo con el FMI.

Las movilizaciones populares que acontecieron estas últimas semanas contra el juicio proscriptivo a Cristina, y luego repudiando su intento de asesinato, estuvieron nutridas por amplios sectores del pueblo, incluso por sectores que no han votado al Frente de Todos, que ven la peligrosidad de los planes de la derecha al instrumentar las causas contra Cristina, y los gravísimos hechos de violencia política que se podrían desarrollar en consecuencia.

La reacción Popular

Frente a esta situación desde los sectores populares y los Comunistas Revolucionarios debemos tener una actitud activa. Habernos movilizado junto a las masas peronistas representadas por sus organizaciones, contra la proscripción de Cristina y repudiando su intento de asesinato es un gran acierto de nuestro Partido. que nos ayuda a avanzar para debatir con esas masas nuestro programa en una dirección revolucionaria.

Esta reacción popular, con sus partidos políticos, sus sindicatos y organizaciones a la cabeza, generan y destacan figuras que, en el marco del desarrollo de nuevos procesos de cambios sociales, no son las figuras que puedan orientar hacia salidas revolucionarias, que forjen los cambios de fondo que los trabajadores y el país necesitan para tener plena soberanía, independencia y bienestar, pero son parte del proceso en el cual debemos intervenir los revolucionarios, los que queremos acabar con un sistema injusto, para que con nuestro accionar y nuestra prédica revolucionaria, orientemos el proceso en el camino correcto.

El desarrollo de la lucha política se da con una gran diversidad, donde los miembros del partido de vanguardia de los trabajadores hacemos nuestro aporte cualitativamente y en la medida de nuestro desarrollo cuantitativamente, para dar un salto de calidad en la hegemonía de ese movimiento, que conduzca a nuestro pueblo hacia la liberación de las trabas que significan el latifundio y la dominación imperialistas.

Frente a este escenario político complejo donde las masas se movilizan para enfrentar a la derecha están los que miran los acontecimientos a la distancia, están los que se oponen al desarrollo de ese movimiento y están los que inciden y son parte del mismo y luchan para que se transforme en una salida a favor del pueblo que enfrente el ajuste y el acuerdo con el FMI. Abriendo un camino liberador.

Es un error político, la actitud de poner por delante, en la práctica de la lucha de clases, el análisis racionalista de las debilidades ideológicas y políticas de determinadas figuras y líderes del campo popular, señalando como lo principal, nuestras diferencias para decidir si ir o no juntos a luchar en un momento histórico como este, en que participamos decididamente en la solidaridad y repudio del intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández. Debemos siempre analizar si el golpe de la lucha popular es en la dirección de enfrentar al enemigo de clases principal y acompañarla, con nuestro programa y nuestras propuestas, para ganarlos en el tránsito de unidad para empujar, desde ahí, los cambios sociales que nuestro pueblo necesita.

Los Comunistas Revolucionarios debemos tener esta última actitud como dijo el camarada Otto Vargas Secretario General del PCR de la Argentina “para hacer la revolución hay que meterse en el barro”, meterse en el barro significa estar junto al pueblo en los momentos complejos y jugar ante cada cambio de la situación política como protagonistas y no como espectadores, buscando acumular para que nuestro partido crezca, sea reconocido por las amplias masas ,para ganar su simpatía en la dirección de empujar una salida que produzca los cambios de fondo que nuestro país necesita y nos conduzca a la revolución popular, democrática, agraria y antiimperialista que el país necesita.