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Javier Milei asume la presidencia con un diagnóstico crudo y promete ajustes radicales

En su primer discurso como Presidente de la Nación, Javier Milei entregó un diagnóstico contundente sobre la situación económica heredada, asegurando que «no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock».

El nuevo mandatario liberal señaló que el gobierno saliente dejó una «inflación anual de 15 mil por ciento», afirmando que el ajuste recaerá principalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado.

Milei advirtió que estas medidas tendrán repercusiones negativas en el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales y la cantidad de personas en situación de pobreza e indigencia. A pesar de reconocer que habrá «estanflación», el presidente destacó que este es el último desafío para iniciar la reconstrucción de Argentina.

En cuanto a la seguridad, Milei describió a Argentina como «un baño de sangre», con delincuentes en libertad y la presencia del narcotráfico en las calles. Afirmó que se acabará con la impunidad de los criminales y se comprometió a tomar medidas drásticas.

En el ámbito social, el presidente lamentó recibir un país con la mitad de la población en situación de pobreza y un tejido social roto. Criticó los planes contra la pobreza, asegurando que generan más pobreza, y enfatizó que la única forma de salir de la misma es con más libertad.

En materia educativa, Milei destacó el deterioro del sistema, revelando que solo el 16% de los estudiantes se gradúan en tiempo y forma. También señaló que el 70% de quienes completan la escuela no pueden resolver problemas matemáticos básicos ni comprender textos.

El presidente responsabilizó a la clase política por dejar al país al borde de la «crisis más profunda de nuestra historia» y anunció que tomará las decisiones necesarias para corregir los problemas causados por décadas de despilfarro.

Finalmente, Milei envió un mensaje claro a los piqueteros, anunciando un «nuevo contrato social» en el que el Estado no dirija las vidas de los ciudadanos y aquellos que corten calles sin respetar los derechos de los demás no recibirán la asistencia de la sociedad.