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¿Gastamos más de lo que tenemos?

La liebre saltó por el lugar menos imaginado, pero sabíamos que iba a saltar, en eso nadie puede hacerse el distraído.

Los efectivos de la Policía de San Juan, adelantaron una pulseada entre los trabajadores estatales y el gobierno provincial, que se preveían iba a iniciar fuertemente con los docentes.

Esta situación nos pone ante el dilema de analizar los recursos del estado nacional y provincial y de donde provienen.El conflicto salarial es el inicio de un proceso que viene a consecuencia del plan del gobierno nacional: quieren ajustar los gastos para lograr el equilibrio fiscal.

Milei y Caputo lo llevan a delante a toda costa, al grito de ¡no se puede gastar más de lo que se tiene! Por lo tanto, las pretensiones de los policías, de los docentes y demás trabajadores estatales ponen en la situación complicada a los gobiernos provinciales, que son los que realmente pagan salarios y deben hacer el ajuste.

El gobernador de nuestra provincia, Marcelo Orrego, adoptó una posición equivocada frente a este problema, porque, al menos públicamente, reparte loas para el presidente Milei, luego mira a sus coterráneos con cara de “no me queda otra” y declara que va a pagar aumentos salariales hasta donde le permitan las arcas provinciales. De esa manera coincide con la bajada de línea de los liberales libertarios y choca con el reclamo de sus empleados.

Estamos al inicio de un proceso que al final los salarios lleguen a cubrir el valor del trabajo expresado en la Canasta Básica Total, pero seguramente los trabajadores van a conseguir un aumento por arriba de lo que pretende gastar Orrego.

De esa forma el gobierno provincial va a ingresar en el ciclo de “la frazada corta”, en el cual, para evitar un mayor conflicto social va a tener que recortar de otras partidas (llámese fiestas, obras públicas, insumos de los hospitales, etc.) y eso le va a traer nuevos conflictos, que para atenderlos va a buscar sacar recursos de otro lado, y al final siempre va a tener menos de lo que la provincia necesita.

El sistema que propone Milei Caputo, es una condena para el pueblo y las provincias, porque parte de la idea restringida de que el Estado para cubrir sus gastos, sólo puede recaudar o endeudarse, y cómo supuestamente se oponen a aumentar impuestos, no hay forma de ampliar el presupuesto y no quedan otra alternativa que realizar un gran ajuste.

Esa gran falacia de los liberales puede ser rebatida desde muchas doctrinas y en la argentina se han probado varias propuestas intermedias, pero la única forma de romper con ese circuito nefasto en el que nos tienen encerrado, es ampliar la mirada y entender que el Estado debe tomar parte de las ganancias de las actividades más lucrativas de la sociedad.

Esta es una idea que espanta a los que saquean nuestros recursos y asusta a gran parte de la población que tiene experiencias con gestiones altamente corruptas, ineficientes y que sólo beneficiaron a los mismos que nos saquean. Pero es posible hacerlo correctamente y en un corto plazo no va a quedar otra opción.

Es justo que el Estado tome parte de las ganancias que genera la actividad privada para poder solventar sus gastos y expandir sus programas. La hace hoy en argentina y en todo el mundo, el problema es que paga más impuestos un pobre que consume alimentos a través del IVA, que actividades altamente rentables que en muchos casos tienen “éxito” gracias a la misma existencia del Estado y sus políticas.

No sólo hay que poner en discusión esto, sino que es necesario cambiar este Estado y ponerlo al servicio de la producción y el trabajo.Un paradigma de este debate y la ofensiva liberal es la actividad minera en San Juan.

Hay algunos sectores que se envalentonan con Milei y no sólo se olvidan de todas las prebendas y promociones que tuvo la actividad metalífera en la provincia, sino que plantean que el Estado debe desaparecer de la actividad.

Quieren destruir el IPEM o al menos que el dinero que recauda esa entidad no se gaste en otra cosa que no sea su propio beneficio. Tienen tal descaro que objetan una obra como Archipurá, en la que puede disfrutar toda la población sanjuanina. Ellos sólo quieren que la recaudación “minera” solo se gaste en caminos mineros y líneas de alta tensión gratuitas. Estos señores imaginan que el presupuesto del Estado sale de otras actividades, no les importa cómo se paga el salario de docentes, policía y médicos.

Pero la transformación del Estado que es necesaria, no tiene que ver sólo recaudar y hacer obras que ayuden a los privados. Es imperioso ir hacia a una política pública que planifique las actividades productivas principales, a través de crear instrumentos financieros, empresas públicas y programas que logren retener y reinvertir las ganancias en nuestra provincia y fomentar el crecimiento de la industria.

Entonces, de vuelta al inicio y a la respuesta a la pregunta que da origen a esta nota: No gastamos ni queremos gastar más de lo que tenemos. Porque vivimos en un país rico y el estado, que debe representar el interés popular, actualmente participa poco de esas riquezas. Puede ser que alguno piense que partir de la discusión salarial para llegar a plantear la necesidad de transformar el Estado es un montón, pero si tomamos conciencia que estamos ante otra vuelta de las crisis económicas, que ya conoce nuestra historia, no nos queda otra alternativa que pensar en cómo romper esos ciclos.