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Preparativos para el medio tiempo, la política no descansa!

La política no descansa, dicen y se asombran las personas simples que perciben desde la distancia la lucha por el poder en nuestra sociedad. Una afirmación vigente en todo sentido, porque si bien las reglas del sistema dicen que este momento debería estar dedicado a la “gestión”, la situación económica es muy mala y crece el malhumor social, con protestas represiones y por lo tanto se agitan las aguas de la política.

Por estos días, una consultora publicó un estudio sobre la imagen de los intendentes en los primeros tres meses de gobierno. En lo que parece un dato más, que seguramente pasará por intrascendente para el sanjuanino común que tiene problemas más urgentes (como es el primer fallecimiento por dengue en la provincia, el corte de la obra pública que causa despidos o la poca perspectiva de despegue que hay en la actividad minera), las personas que estamos interesadas en la lucha por el poder vemos en esos datos la posibilidad de hacer lecturas distintas.

Nada es casual… Cómo no lo es, que el presidente viaje más a Estados Unidos que por el interior del país, o que en su ausencia la vicepresidenta haga gestiones desde su despacho.

En la provincia hace rato, desde que terminó la segunda vuelta presidencial del 2023, se está corriendo la carrera hacia las próximas elecciones, las intermedias o de medio tiempo del 2025, que van a definir tres lugares en la Cámara de Diputados de la Nación.

Alguno dirá “Fede, te estás adelantando mucho…” pero no. Mientras no se rompan los círculos viciosos, las historias se repiten. Ya pasó en el turno anterior: con el resultado del 2021, con una reforma de ley electoral, un intento de proscripciones y judicialización, comenzó en el 2022 la discusión.

Vamos a los datos. La encuesta mencionada que va dando vueltas por algunos medios deja muy bien parada a la familia Orrego, porque Juan José “el Canqui” Orrego, figura como el intendente con mayor aceptación de la provincia y el que menos imagen negativa tiene (83 y 6% respectivamente). Santa Lucía sigue siendo el bastión de Producción y Trabajo es una buena noticia no solo por saberse orgullosos con la labor cumplida, sino porque al partido o frente gobernante tampoco le sobre los nombres para encabezar listas y el hermano del gobernar (aunque dicho así suena feo) es una buena opción.

Ellos necesitan más que ningún otro espacio disputar el 2025, para, al menos retener el capital que ponen en juego. Renueva la banca de la diputada nacional María de los Ángeles Moreno, que reemplazó a Susana Laciar, hoy intendenta de la ciudad Capital. En un país muy poco federal, los gobernadores necesitan legisladores nacionales para “tener peso” y gestionar recursos. Por eso lo ideal para ellos sería avanzar, meter dos, pero sino por lo menos retener uno.

No se sabe muy bien que pasa con su espacio a nivel nacional, cómo va a llegar la alianza de Juntos por el Cambio al año que viene, el orreguismo tiene que apostar todo a lo que genere desde San Juan. Son aliados tímidamente críticos del gobierno nacional, entonces sí, por esas cosas de las fuerzas del cielo, Milei llega bien parado a las elecciones, va a apostar por transferir imagen a sus libertarios para sumar soldados propios.

En el frente gobernante Producción y Trabajo no están solos, también tienen aliados, hay que ver que le aportan los radicales, los de Dignidad Ciudadana, los bloquistas de Bravo, el PRO y Actuar, pero parece que la mejor figura que esgrime hasta ahora es el intendente de San Lucía.

La Libertad Avanza en San Juan tiene internas es difícil de descifrar, pero por ahora parece que Peluc tiene la sartén por el mango y su partido ADN es la referencia principal. Pero tampoco importa mucho esto, porque ellos corren la suerte del presidente. Si Javier Milei mantiene su popularidad (hoy metería al menos un diputado) y con ella bendice a alguien, no importa quien sea, va a ingresar como diputado nacional. ¿Será el turno de Turcuman?

Al parecer Karina Milei, la jefa y hermana del presidente, está ordenando el espacio e intentando ingresar al sector decepcionado de Juntos por el Cambio en sus filas. Hay que ver que coletazos tiene eso aquí en la provincia. Para eso la vidriera van a ser los cargos en los organismos nacionales con delegación en la provincia, hay que ver a quien ponen en ANSES, PAMI, Ministerio de Trabajo, Superintendencia de Obra Sociales y Medios Públicos.

Por el lado del peronismo, que a nivel nacional y provincial está buscando nuevos referentes, la encuesta también es buena. El Partido Justicialista gobernó los últimos 20 años y cuenta con muchas figuras, sin embargo, en las actuales circunstancias, tiene más peso el que tiene caja y territorio. Por eso los intendentes son claves. Pero deben ir con cuidado, porque también son débiles, en cuanto tienen un gobierno nacional y provincial de colores distintos. Hoy no tiene muchas alternativas para gestionar ayudas y las municipalidades son las primeras puertas que van a golpear los vecinos con necesidades.

Entre los intendentes que aparecieron con mejor imagen en su distrito figuran Carlos Munizaga de Rawson, Daniela Rodríguez de Chimbas y Fabio Aballay de Pocito. Seguramente ninguno de ellos va a ser candidato a diputado nacional, pero si pueden apuntarse en la lista de posibles candidatos a gobernador en el 2027. Además, está de por medio la interna del PJ, que está postergada y sin mucho ánimo de acelerarla. En el último congreso partidario resolvieron alinearla con la interna nacional para tener más claridad de los realineamientos, que por lo que se puede vislumbrar van tendiendo a posiciones más de centro derecha.

Los que sí parecen tener más apuro dentro del justicialismo son los vicegobernadores, que están muy activos en redes sociales, visitas y reuniones. Fabián Gramajo y Cristian Andino no pararon durante el verano y de alguna manera ajenos a los avatares de las gestiones, mantienen contacto con “el territorio”. Es muy probable que aspiren a ser candidatos a diputados nacionales el año próximo, donde el frente UXP pone en juego dos bancas (la de Aubone y Allende).

Y ya que hablamos de frente, que en la provincia se llamó San Juan Por Todos, hay que hacer referencia al bloquismo oficialista (nunca mejor dicho), el que preside Luis Rueda que, para sorpresa de nadie, se ha distanciado del PJ. Para describir y entender al partido que fundó Cantoni, hay que hablar de un espectro muy amplio, de personas y de tiempos. En los últimos 50 años, solo en muy cortos períodos no estuvieron en el gobierno, o aliados a los gobernantes; ya no es el partido de los caudillos federales, sino que más bien aglutina a cuadros técnicos que se insertan en la gestión, y por lo tanto es muy probable que haya comenzado su acercamiento al orregismo.

Nadie tiene que asombrarse porque un frente tan amplio como fue SJxT se esté rompiendo. Más de 50 organizaciones con personería política o jurídica, firmaron el acta constitutiva en marzo de 2023. Fue producto de circunstancias especiales que llevaron a unir un espectro diverso, heterogéneo, contra un enemigo declarado del campo popular. Sirvió a su propósito, aunque los resultados no acompañaron. Hoy el desafío está en poder rearmarlo nuevamente y sobre la base de un nuevo acuerdo programático más sólido.

El Partido del Trabajo y del Pueblo y muchos de los partidos y organizaciones, sindicales y sociales, que conformaron el frente, se encuentran en la calle a diario, en el intento de frenar la motosierra, que amenaza con barrer conquistas históricas de los trabajadores. El bloque de senadores y diputados de UxP está jugando un rol importante contra el DNU inconstitucional y la ley “ómnibus”. Esa es la base de la discusión para el nuevo reagrupamiento político y social en San Juan: cómo se posiciona cada sector frente al proyecto político de Javier Milei, pero además, qué propuesta elaboramos para salvar al país y la provincia del nuevo próximo fracaso liberal.

Esta no es una tarea sencilla, ni muy necesaria, y hay que abordarla con claridad. Algunos referentes siguen intentando debatir desde lugares comunes (en contra de los planes sociales) o desde mostrar “gestiones”, que no digo que no sea importante, pero si queremos comenzar por hacer un balance de lo que falló antes, lo primero que debemos entender es que el debate con el pueblo siempre fue político.

Los que intentaron esconderse detrás de consignas almidonadas o de inauguraciones de plazas, también perdieron en las elecciones nacionales del 2023. Y pasó en el 2021. En ese momento el Frente de Todos se impuso por apenas 5 mil votos, y el balance fue que “todos los oficialismos en el mundo perdieron producto de la pandemia”. Al no sacar conclusiones profundas se cometieron los mismos errores en el turno siguiente. Porque el 14 de mayo de 2023, ganaron los intendentes, (salvo en Capital y Sarmiento) pero en julio, agosto, octubre y noviembre perdieron los oficialismos frente a una fuerza qué esgrimió un discurso ideológico y nada de gestión.

Incluso al día de hoy, cuando muchas personas están marchando contra el gobierno debido a los retrasos de los salarios, los aumentos de las tarifas, el recorte en las ayudas alimentarias, etc. Sigue en debate, si el plan de gobierno va a dar resultados o no. Y en muchos casos es con las mismas personas que están paradas en la calle protestando. Por ahora la lucha por las urgencias y la valoración del proyecto político, marchan por carriles separados. “Darle tiempo, darle una oportunidad”, a alguien que no está mostrando ninguna capacidad para gestionar, ni siquiera una ley, es un sonsonete que se escucha a menudo y una circunstancia que no pueden obviar los dirigentes del campo popular. La razón es clara, no aparece en el horizonte de esas masas, un reagrupamiento de fuerzas que pueda plantarse como opción. Esa es la tarea que, además de enfrentar el ajuste, debe encarar el campo popular.

Si a pesar de todo el daño que está causando el plan de Milei logra estabilizar algunas variables financieras, es decir que estabiliza el país por un tiempo, hacia el año próximo el debate electoral va a ser a la defensiva para el campo popular. Pero si, la situación empeora y el libertario agota su discurso de “echar culpas”, las expectativas van a virar para el lado de elegir propuestas que puedan superar esto trance.

El pueblo argentino no da marcha atrás. Frente al fracaso de Alberto, no votó al macrismo (Macri al final volvió porque es parte del poder real del país que se beneficia con todas las gestiones), y eligió a un zafarrancho como Milei, montados en el espíritu de “elijo creer”, pero cuando esto caiga, no va a volver al peronismo en sus versiones conocidas.

Esto nos pone ante el desafío de “mostrar lo nuevo”, que en realidad ya existe, y se está reuniendo en relación a los problemas urgentes, en las multisectoriales que plantan banderas contra los ajustes, los despidos, los cierres de reparticiones estatales. Al margen de eso, quienes están desgañitándose en hacer balances de lo que ya fue, deben ser conscientes que no aportan una solución, sino que son una comparsa para el proyecto que intentamos combatir.

Es difícil competir con gestiones contra el oficialismo, muchos ya deberían saberlo y más en San Juan, que es una provincia donde un gobernador sin amparo nacional puede ser llegar a ser un pésimo liquidador de sueldos. Es necesario remover esas trabas que tiene la provincia desde el momento en que el escobarismo comenzó la liquidación del estado al compás de la política de Menem y Cavallo. La provincia necesita palancas genuinas para reactivar la producción y pasar a tener proyectos autónomos, por ejemplo un banco estatal, una empresa minera, una empresa de alimentos y de logística.

La política no descansa. Todas las fuerzas disputan una cuota de poder para el 2025, y quienes nos embarcamos en esa lucha para quieren servir al pueblo, deben entender que el desafío es remover las trabas que impiden el crecimiento de San Juan. Para elaborar un proyecto distinto hay que ensayan un proceso diferente. Es momento de bajar el oído a tierra, protagonizar las batallas por las urgencias, que son muchas y juntar a debatir el futuro, sin mezquindades, a todo el campo popular.