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Corea del Sur responde al Norte con ejercicios con misiles balísticos

Seúl decide completar la instalación del polémico sistema antimisiles estadounidense THAAD en su territorio

Diario el PAIS

Corea del Sur respondió a la sexta prueba atómica de su vecino, la más potente hasta la fecha, con ejercicios militares con fuego real que simularon un ataque a la base de pruebas nucleares de Corea del Norte. Según informó el Ejército este lunes, la demostración de fuerza se basó en el lanzamiento de misiles de corto alcance a una distancia similar, aunque dirección al mar, hacia el silo nuclear norcoreano de Punggye-ri, situado a unos 300 kilómetros al norte de la frontera entre ambos países.

El proyectil «alcanzó con precisión el objetivo marcado» en el mar, según informó el Ejército surcoreano, que desplegó varios cazas F15K durante el ejercicio. «Las maniobras demuestran que el Ejército tiene capacidad no solamente de destruir el origen de las provocaciones, sino también el liderazgo enemigo y las fuerzas que le apoyan si amenazan la seguridad de nuestra gente», sostuvo el coronel Roh Jae-cheon, citado por la agencia oficial Yonhap.

El avance del programa nuclear de Kim Jong-un ha hecho replantear algunas cuestiones en el Sur relacionadas con su seguridad. La primera ha sido el anuncio por parte del Ministerio de Defensa que se completará «muy pronto» el despliegue del sistema antimisiles estadounidense THAAD, un proceso que el nuevo presidente, Moon Jae-in, decidió paralizar para someterlo a un estudio de impacto ambiental pocos días después de ganar las elecciones. La instalación de este escudo genera fuertes divisiones en el seno de la sociedad surcoreana y provocó la ira de China, que recela de su potente radar capaz de interceptar comunicaciones militares.

Además, Seúl está analizando la posibilidad de que Estados Unidos despliegue en la península coreana un portaaviones con armas nucleares, bombarderos estratégicos y «otros activos poderosos» como respuesta a la última prueba. Washington retiró de Corea del Sur sus armas nucleares a principios de los noventa del siglo pasado, cuando Seúl y Pyongyang llegaron a un acuerdo para desnuclearizar ambos países. Un nuevo despliegue, al que el presidente Moon se ha negado de momento, incrementaría de forma significativa la escalada armamentística en la región. En Japón, el primer ministro Shinzo Abe aseguró también que su país hará «todo lo posible, en cooperación con Estados Unidos, para defenderse de los misiles disparados por Corea del Norte y aumentar sus capacidades de defensa».

El ensayo norcoreano suscitó la condena unánime de la comunidad internacional. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá este lunes para analizar la situación y plantear, como han pedido Japón y Corea del Sur, nuevas sanciones económicas al régimen. La última condena al ensayo ha sido de los jefes de Estado de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que participan estos días en una cumbre en la ciudad china de Xiamen. Según el borrador del comunicado final, adelantado por Reuters, los cinco países «lamentan profundamente» la prueba atómica realizada por Pyongyang e insisten en buscar «una solución pacífica y diplomática» al conflicto norcoreano.

Nada de todo esto parece influir en los planes de Pyongyang. El Ministerio de Defensa surcoreano aseguró que «continúan viendo señales e indicios» de posibles lanzamientos de misiles balísticos, incluidas pruebas de cohetes de alcance intercontinental. Se trataría, según los servicios de inteligencia, de un disparo hacia el Pacífico norte, similar al que se llevó a cabo hace justo una semana que sobrevoló Japón.