Lo siento, no hay encuestas disponibles en este momento.

Nuevo elenco para el reestreno de «Prohibidas»

Por Liss Navea

Fotos: Marcelo Solis

Este sábado reestrenó “Prohibidas”, del elenco Actuar para vivir. Una obra que te lleva a la impotencia, que te deja reflexionar, que molesta, indigna y gusta.

¿Qué mujer no contestó de niña que de grande quería ser princesa? Vestidos lindos, tacones, labial, esperar al príncipe azul en casa con la comida lista. Siempre bella, perfecta, esbelta y si era rubia ojos azules, mejor.

Lo que desconocían estas niñas, jugando con cocinitas, y los niños jugando con ladrillitos de construcción, es que estaban siendo víctimas de violencia simbólica, llevada por generaciones en la sociedad y visualizadas en “Prohibidas”.

Dos mujeres en escena, un hombre detrás de ellas. De fondo podemos escuchar un tema de la película Frozen (de Disney), mientras dos niñas bailan y se prueban vestidos de distintos colores proyectadas en la pared. Esa, es la postal de esta muestra en escena.
Durante una hora se vive mucha intensidad y hasta a veces incomodidad, porque como sociedad, preferimos mirar hacia otro lado cuando de violencia se trata. “Intensa”, lograron calificarla minutos después de que los aplausos sonaran.

El mensaje es claro y se comprende a la perfección, aunque durante el reestreno la técnica no ayudó mucho. A veces es mejor no prescindir de alguien y poder completar los roles para que la obra no se presente fraccionada cada vez que hay que colocar un audio o un video. O quizás era la intención del espectáculo, la fracción, y en ese caso, se logró.

Por otro lado, el público sanjuanino aún es muy reacio cuando de obras independientes se trata, obras que salen de lo tradicional, y ante esto, merece un tiempo de proceso post espectáculo para organizar una idea. Preguntarles minutos después de culminada la obra si tienen preguntas lleva a que se produzca un silencio incómodo, donde nadie quiere mirar al frente. Son situaciones que se podrían evitar y generar luego, en el saludo final en la puerta del espacio donde se da la función.

Es una obra que rebuscó la literalidad. Es literal y gráfica, pero no obvia, aunque por momentos presenta dificultades a la hora de una resolución escénica. Permite que se despierten algunos interrogantes, faltan cosas por definir, para promover la continuidad y el ritmo actoral.