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Frenar el ajuste

En las calles para frenar el ajuste

Escribe Ricardo Fierro

El gobierno avanza con el robo a los jubilados, en medio de un creciente repudio popular a sus medidas de hambre, entrega y represión.

  1. El pueblo en las calles

Tras una agitada jornada, que duró hasta la madrugada del martes 19, con manifestaciones multitudinarias en todo el país y el Congreso blindado por las fuerzas policiales y de Gendarmería, el macrismo logró imponer en Diputados su llamada “reforma previsional”, en realidad un miserable robo a los jubilados y los pibes de la Asignación Universal por Hijo.

La descarada compra y apriete a los gobernadores y diputados nacionales se manifestó en un creciente repudio popular, pese a que el gobierno volvió a militarizar el Congreso para amedrentar a las masas populares, y castigar con la represión la protesta del movimiento obrero. Decenas de heridos y presos. La indignación popular volvió a manifestarse en la Capital Federal y distintas ciudades del interior del país con las cacerolas en las calles.

Macri volvió a mostrar lo que es: un represor. El 18 con la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, y el 14 con Gendarmería y Prefectura. La Gendarmería y la Prefectura son fuerzas que usan armas de fuego por reglamento y están entrenadas para enfrentamientos con esas armas. Usar esas fuerzas contra el pueblo en las calles es inconstitucional y reaccionario; los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel muestran hasta dónde está dispuesto Macri a llegar para sacar al pueblo de las calles. El paso siguiente es el decreto ya preparado para sumar las Fuerzas Armadas a la represión.

El extendido rechazo popular al ajuste a los jubilados muestra un cambio de estado de ánimo en grandes masas, lo que preanuncia un 2018 de grandes luchas.

  1. Del mamarracho al maquillaje

La democracia, para Macri, empieza y termina con el voto. No aprendió la lección cuando quiso recortar la pena a los genocidas de la dictadura con el 2×1, y se topó con millones en las plazas de todo el país, que forzaron al Congreso a correr a anular ese regalo a esos genocidas.

Macri no pudo digerir la derrota política de la semana pasada. Ordenó a “su equipo” que redactaran un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y lo firmaran todos sus ministros, para imponer por esa vía la “reforma”. Ese mamarracho autoritario provocó una crisis política en Cambiemos: sus socios, parte de UCR y la CC, y algunos de los gobernadores peronistas que habían pactado el voto a favor de la reforma, no estaban dispuestos a pagar el costo político de imponer por un decreto lo que había fracasado en el Congreso.

Macri debió asumir que su PRO es minoría en el Congreso, que los acuerdos políticos son precarios; y sobre todo, que los votos no son cheques en blanco para sus matoneadas. La derrota recibida lo obligó a abrir la mano. Mezquino, como es, negoció con sus socios y renegoció con gobernadores y diputados opositores, usando los fondos de “la caja” del Estado. De esas tramoyas salió el “maquillaje” de un bono, por única vez, que suma unos $4.000 millones para los jubilados y niños; muy poquito de los $100.000 millones que les roba con la ley. ¡Qué miserable!

  1. Entreguismo y “demonios”

Con decenas de miles de personas indignadas manifestando hasta la madrugada y el despliegue de las fuerzas represivas, el gobierno impuso en Diputados la ley de robo a mayores y pibes. Esa ley tuvo la “asesoría del Fondo Monetario Internacional”. Macri, en su discurso ante la Organización Mundial del Comercio, criticó a los gobiernos que priorizan “la primacía del interés nacional”: ¡Qué confesión de entreguismo!

Fracasada la mentira sobre “las bondades” de “la reforma”, el gobierno lanzó una campaña demonizando a la oposición como “destituyente”. Lo mismo que hizo Cristina Kirchner cuando vetó la ley del 82% móvil para los jubilados. Uno de los laderos de Macri dramatizó: “Antes de que se incendie el país, se pueden incendiar varias provincias” (La Nación, 17/12). Eso es matonaje golpista.

El ministro Frigerio dijo: “Sabíamos que iba a haber violencia”.

  1. No hay tregua frente al robo a mayores y a pibes

El movimiento obrero ganó las calles contra el ajuste macrista, actos multitudinarios como el del 29/11, con sectores de la CGT, como Camioneros y la Bancaria; el 6/12 con el paro de ATE y la concentración unitaria, pronunciamientos como los 600 delegados de 60 gremios de Berisso, Ensenada y La Plata, de numerosas CGT regionales, de las CTA, etc.

Fue extraordinario el trabajo de los Cayetanos: la CCC, la CTEP y Barrios de Pie, que, frente a las divisiones y los sectarismos, participaron de todas las movilizaciones y actos, peleando la unidad en la lucha del conjunto del movimiento obrero y popular. Y protagonizaron una impresionante movilización, que mostró su fortalecimiento, el 13/12. Ese mismo día, la CGT decidió movilizarse a la sesión del Congreso del 14 de diciembre y anunció un paro al día siguiente si se aprobaba la ley del robo a los mayores y a los pibes.

El lunes 18 marcharon al Congreso todos los sectores opuestos a la ley macrista. La CGT convocó a paro nacional de 24 horas. La CCC viene reclamando un paro nacional activo y multisectorial, y se movilizó en todo el país, confluyendo con multisectoriales y demás organizaciones gremiales, sociales y populares.

Nuevamente los trabajadores y el pueblo estuvieron rodeando el Congreso y en las calles y plazas de todo el país en defensa de sus derechos, contra el ajuste, la entrega y la represión macristas. La indignación popular frente a la represión y el tratamiento de la ley de “reforma previsional”, hizo que se volcaran a las calles de la Capital Federal y varias ciudades del país miles y miles en decenas de cacerolazos. El gobierno, aprobada la ley del robo, tratará de dar por cerrada la pulseada. Para los trabajadores y el pueblo será un round más de una pulseada que va a seguir: ¡No hay tregua con un gobierno que golpea a nuestros mayores y a nuestros pibes que están en la pobreza!

 

ARA San Juan

Que el gobierno abra los archivos secretos

La desaparición del submarino ARA San Juan, con la certeza de la pérdida de la vida de sus 44 tripulantes, con el dolor de los familiares de las víctimas y la solidaridad del pueblo, ha desatado discusiones que hacen a la recuperación de los restos de esos marinos, el esclarecimiento de lo que realmente le sucedió a la nave, y las condiciones reales del poder de disuasión y defensa de la Argentina como Nación.

La gravedad de los hechos exige una investigación a fondo, con las responsabilidades directas y políticas. “De repente” aparecen “documentos secretos” que demostrarían las pésimas condiciones en que operaba la nave, posibles negociados y uso de material en malas condiciones cuando debieron ser serias reparaciones, ocultamiento de esos hechos, etc. Alrededor de estas cuestiones se producen movimientos en la cúpula militar de la Marina.

Hay serias denuncias que involucrarían al gobierno de Cristina Kirchner. No es de extrañar, su gobierno hizo una política de liquidación del sistema de disuasión y defensa nacional. Pero eso no justifica que se lave las manos el gobierno de Macri, quien desde hace dos años es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas; y su ministro Aguad, que es la mano ejecutora de Macri, con la política de acabar con lo que queda del aparato de disuasión y defensa nacional, reconvirtiendo a las fuerzas armadas en “guardias nacionales” y negociar soberanía por negocios con el colonialismo inglés.

No es serio que Aguad maneje la investigación. Su actuación en el operativo de salvataje y búsqueda fue un desastre: publicó información falsa, y sobre todo, de manera canallesca, le adjudicó al Capitán del San Juan la responsabilidad del estado de la nave. Tampoco es serio que el gobierno actual “desconociera” los “supuestos secretos” que ahora aparecen.

El gobierno debe hacer público todos los “archivos secretos” para conocimiento de los familiares de las víctimas y el pueblo.

Fuente: Semanario Hoy