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34 ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES

Los Encuentros crecieron, forjándose una gran fuerza política femenina, diversa, plural, compleja y unida alrededor de reclamos puntuales comunes que, organizada, en movimientos, ONGs, gremios, partidos políticos, etc, gana las calles en demanda de justicia y más derechos o para conmemorar fechas específicas. Muchas veces los debates por lograr unidad y consenso son álgidos, (no podría ser de otra manera dada la diversidad de opiniones) para llegar a acuerdo sobre la forma de reclamar, el contenido de un documento, etc., y si no se logra, cada sector expresa lo suyo compartiendo el espacio físico. Esto representa un logro político que posibilitó instalar los temas en la sociedad, en las agendas políticas y conquistar importantes leyes hoy vigentes.

Al principio los grandes medios los ningunearon, pero cuando los sectores dominantes conservadores comprendieron que los reclamos de las mujeres dirigidos a barrer con siglos de mandatos sociales impuestos, unido a debates sobre condiciones de vida y trabajo, soberanía, dependencia, economías regionales, desarrollo tecnológico, etc, su olfato de clase, les dijo que la rebeldía de las mujeres no tenía vuelta atrás.

De distintas formas trataron de pararlos: proponían estructurarlos con una comisión fija “elegida” por delegadas provinciales, que funcionen con un grupo de representantes de cada provincia, (decían tantas es una complicación), proponían foros, paneles, entre otros que fueran reemplazando los talleres. No tuvieron éxito, las mujeres iban al taller, querían hablar, y se sostuvo el modelo propuesto por las pioneras de la primera Comisión porque es democrático y de hecho permitió su desarrollo y vigencia hasta hoy que sigue siendo un espacio de grandes debates pero sin dueño. Fueron haciéndose aportes en relación al crecimiento. Otras formas de impedir la realización fue no facilitar espacios y recursos estatales, la difamación para, entre otras medidas.

En San Juan el XXII Encuentro, en 1997, fue muy conflictivo, el ex Gobernador Escobar quería hablar en el acto de apertura y cierre, suprimir los talleres de familia, sexualidad, aborto; ante la negativa de aceptar condicionamientos, a través de la funcionaria del Área Mujer, Rosalía Garro intentaron romperlo realizando un encuentro paralelo en el entonces Ferrourbanístico, España y 25 de Mayo, poniendo a la sociedad en contra de “esas malas mujeres, prostitutas etc etc”. Cuando realizamos en San Juan el XXVIII Encuentro en el 2013, tanto gran parte de la sociedad como del gobierno y la UNSJ facilitaron su realización.

Los intentos de romper este espacio horizontal no cejaron y van tomando distinta forma, abierta o solapada: cuestionar los talleres por obsoletos, introducir asambleas resolutivas, votar ponencias en los talleres, plantear temas dispersivos o tan generales que corren los análisis concretos inmediatos y cotidianos.  Algunos sectores, conscientes o no, tienen conductas funcionales al poder: no respetar los acuerdos de funcionamiento en talleres y marcha, utilizar el espacio para hacer actos sectoriales o episodios agresivos, lo que no ayuda a que la comunidad de cada lugar comprenda nuestros reclamos, reflexione, adhiera.

Al principio participaron sectores de la Iglesia (tiempos de influencia tercermundista), por ejemplo en el taller Iglesia y Mujer planteaban leer la biblia “tratando de despojarnos de condicionamientos de la cultura patriarcal”, participaron las “católicas por el derechos a decidir”, pero como Institución pasó de una etapa de no interferencia a una relación conflictiva, que se expresó en cada provincia según los obispados locales y su relación con el gobierno. Los partidos trotskistas se incorporaron mucho más adelante, tratando de imponer plenarios de trabajadoras donde votar planes de lucha, etc, sin comprender que no se trata de votaciones donde se gana o se pierde una posición; algún sector va recorriendo los talleres haciendo la propuesta y se van, sin escuchar a las demás. Desde el año pasado, un grupo de mujeres ha instalado el tema del cambio de nombre del Encuentro, propone Encuentro plurinacional de mujeres, lesbianas, trans, etc….y antes de someterlo a la opinión de todas en los talleres, un grupo minoritario ya lo han dado por hecho y lo publicita desde una actitud prepotente, antidemocrática y funcional al gobierno de Cambiemos. En primer lugar poner hoy, como tema importante el cambio de nombre del Encuentro, nos corre del debate sobre la grave situación que atraviesan miles de mujeres sin acceso a salud, trabajo, jubilación, prevención y atención de la violencia. Por su parte El Encuentro Nacional de Mujeres desde su inicio integró a todas las mujeres sin discriminación alguna, existe un taller sobre temas que cada sector solicitó, necesitó y decidió abrirlo. Con respecto a las mujeres originarias siempre han funcionado en un gran taller, como ellas lo han decidido, han sido respetadas sus decisiones, compartido sus problemáticas, saludaron en su lengua desde el escenario, todas conmemoramos con profunda emoción los 500 años de la conquista y levantamos las reivindicaciones de los pueblos originarios. No hay discriminación alguna en este espacio de las mujeres.

A pesar de todo, hace 33 años el Encuentro se realiza; porque las mujeres luchan por llegar a participar y sostener su espacio y cuanto más se ataca al Encuentro van más mujeres a defenderlo; porque increíblemente la Comisión Organizadora supera los escollos.

Los Encuentros han dejado saldo por demás positivo. La lucha de las mujeres por la igualdad, atravesada por tantas contradicciones, fue revelando a la sociedad las profundas injusticias a través de testimonios,  de graves hechos de violencia de género que conmovieron profundamente, detrás de los cuales aparecieron historias  de condiciones de vida y de trabajo penosas. Grupos de mujeres tomaron en sus manos problemas puntuales, por ejemplo Susana Trimarco en la búsqueda de su hija,  puso a foco la trata de mujeres. Todo fue tema de estudio y trabajo. Fue creciendo el compromiso de políticos, periodistas, profesionales, artistas, etc. Se aprobaron importantes leyes:  Divorcio vincular; Patria potestad compartida; Cupo femenino 30%; Ley 24673 de Salud sexual y procreación responsable; Ley 26485 para erradicar la violencia Educación sexual Integral; Cupo femenino 50%; y muchas más. Hemos avanzado muchísimo. La deuda es política. Las mujeres representamos la mitad de la población, un gran número se encuentra en situación de pobreza y vulnerabilidad, sin acceso a derechos ya conquistados. Como parte del pueblo sufrimos las políticas de ajuste, bajos salarios, despidos, carestía. Como mujeres denunciamos que nuestros problemas no están en la agenda de gobierno ni nacional ni provincial. El presupuesto para atender la violencia contra las mujeres es ínfimo frente a la gravedad del problema tanto en Nación como en San Juan. La independencia económica fundamental para poder decidir y realizarnos está reñida con el proyecto político vigente.

Hoy las mujeres somos protagonistas principales de la lucha por nuestra igualdad y contra toda forma de injusticia. Otra vida es posible, para ello hace falta otra política. Vamos al Encuentro a aportar propuestas, a fortalecer la unidad entre las mujeres y con el pueblo.

Por: Perla Welner