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Se detectaron 50 casos de trabajo infantil en Mendoza

Cada año, entre septiembre y mayo, a pesar de las campañas para la erradicación del trabajo infantil, hay chicos en las cosechas de frutas, hortalizas y uva en la provincia. Y en cualquier momento del año se puede ver a niños en la venta ambulante, en los hornos de ladrillos, el cartoneo y en basurales.

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT ) y Unicef, trabajo infantil se refiere a cualquier actividad física, mental o social que sea perjudicial para el niño y que afecte su escolaridad.

Sin embargo, bastó una recorrida rápida por algunas zonas productivas para encontrar a chicos cosechando o haciendo otras labores agrícolas.

Durante 2018, la Subsecretaría de Trabajo detectó 50 casos de trabajo infantil en la provincia. Ángeles Angulo, titular de la Comisión provincial para la prevención y erradicación del trabajo infantil (Copreti) indicó que la mayoría de las detecciones de niños trabajando, se hacen a través de la Subsecretaría de Trabajo y de los inspectores del Ministerio de Trabajo de la Nación.

Natalia Andino, coordinadora de Copreti en la zona Este, dijo que a la línea telefónica 148 ingresan dos o tres denuncias mensuales. Aunque admitió que la mayor cantidad de casos detectados se dan en la cosecha y desgranado de ajo y en menor medida en el cultivo y recolección de frutas.

Ezequiel es un chico de 14 años que trabaja en la chacra de su padre desde que tenía 8 años. Mientras cosechaba tomates, relató que está en el secundario y hace esas tareas agrícolas a contraturno de sus tareas escolares. Sin embargo, en la finca donde estaba Ezequiel había otros chicos de la zona contratados por su padre.

Mauricio Benegas, coordinador de Fiscalización del Ministerio de Trabajo y Producción de la Nación, delegación Cuyo, explicó que estos son los casos de subsistencia familiar. Sin embargo, si bien sigue siendo un delito, está atenuado. “En eso la ley es clara. El niño tiene que aprender, divertirse y crecer”, aclaró.

Multas de hasta $1 millón por tener niños trabajando

En Argentina el trabajo de menores de 16 años está prohibido por ley y se penaliza fuertemente a los empleadores que se aprovechan económicamente de los chicos.

Benegas, el funcionario del Ministerio de Trabajo de la Nación, dijo que las multas para aquellas empresas, o fincas que contraten a chicos, pueden ir de los 500 mil hasta el millón de pesos. Recordó que el artículo 148 bis del Código Penal, define al trabajo infantil como un delito.

Los pibes de los hornos de ladrillos

Otro de los lugares donde se pueden encontrar chicos trabajando es en los hornos de ladrillos. En Las Heras, la situación mejoró desde que se hizo un estudio que detectó que entre 25% y 30% de los chicos de El Algarrobal, esto es casi 500 chicos, trabajaba entre el barro para la elaboración de los ladrillos, los que les traía problemas de salud y de deserción escolar.

Sin embargo, en San Rafael, en la zona de Villa Atuel, la situación aún sigue sin solución. Así lo admitió Mauricio Benegas, del Ministerio de Trabajo de la Nación.

Piden más centros Buena Cosecha

Mendoza fue la primera provincia que implementó el programa en el país. Actualmente existen 130 Centros Socio-Educativos Rurales, destinados a concentrar a los hijos menores de 16 años de los trabajadores rurales. El número en relación a lo que ofrecen otras zonas del país es alto. Pero no alcanza a darle solución a los hijos de los trabajadores rurales de todos los oasis productivos de la provincia.

En la recorrida de diariouno.com.ar se observó que en varias fincas había niños mientras los padres fumigaban.

En una chacra de Los Corralitos, encontramos a unos pequeños, aún con pañales, entre los repollos que eran cosechados por los padres.

Ángeles Angulo de la Copreti admitió que, pese a que la Nación no envió este año los fondos para el traslado de los chicos, el programa sigue funcionando con la colaboración de los municipios y el Gobierno provincial. Dijo que procurarán tener más espacios alternativos, no sólo para el cuidado de los chicos sino también para recreación y deportes.

De malabares y alfajores en las esquinas

Otra forma de trabajo infantil es la venta ambulante.

Una niña de 13 años, a quien llamaremos María, está cada día de la semana parada en una esquina del Algarrobal vendiendo alfajores y tortitas. María contó que desde los 10 hace esa tarea. Explicó que lo hace para ayudar a sus tíos. Cuando le preguntamos por sus padres nos dijo “de mi mamá no sé nada y de mi papá tampoco”. Pese a que vende con una hermanita menor, con quien no vive, no quisimos indagar más sobre su vida porque una sombra la entristeció.

Natalia Andino explicó que estos casos si bien están contemplados en la modalidad de trabajo infantil, son las situaciones donde interviene la Dirección de Protección de Derechos, de la DINAF.

– ¿Te gusta vender?, le preguntamos a María. “Sí, me gusta. La gente me compra. Ayudo a amasar las tortitas a mi tía. Por día hacemos 13 kilos y nos salen 50 tortas. Hoy vendimos todo”, dijo.

María nos confesó que le gustaría ser pastelera. Quizá lo consiga. Quizá, si entre todos los adultos, ayudamos a todas las Marías o a los Ezequiel, a permitirles ser tan solo niños.

(Fuente: UNO)