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Alberto reabrió el debate sobre el futuro del dolar

Metió el dedo en la llaga el precandidato a presidente Alberto Fernández en esta hora al cuestionar el manejó que hace el gobierno con el dólar y las tasas de intereses de la famosa leliq, una novedad que todavía no alcanza a dimensionarse en su impacto, dado que, como todo, depende finalmente del resultado de las elecciones, o tal vez de como voten los argentinos en las primarias, menos de dos semanas.
Lo relevante del comentario de Alberto es que se trata de un problema que siembra incertidumbre hacia el futuro, inconsistencia montaría que macri arrastra de lejos, cuando no blanqueo la herencia monetaria que recibió de Axel kicillof, Mercedes Marcó del Pont y Cristina Kirchner, y que habrá que comenzar a enfrentar cuando termine el proceso electoral, gane quien gane las próximas elecciones.
Macri heredo de Cristina unos $300.000 millones en Lebac, que a $15 por dólar eran unos u$s 20.000 millones. En pesos, ese volumen se multiplico por 4, pero como el dólar vale $45, ya no $ 15, las leliq ahora suman unos $ 26.000, millones, es decir, $6000 millones más de los que cristina le había dejado a macri. El problema es que están al 60 % anual de tasa, Devengan casi u$s 16.000 millones de intereses al año. Una bola de nieve impresionante. Todo en pesos, ajusta por devaluación, como ocurrió el año pasado y toda la vida en la argentina.
En los mercados y los ambientes financieros se supone que, si gana Macri la reelección, el problema de las leliq podría ser menor, dado que macri tendría, como está probado, más crédito local e internacional para ir saliendo. Se supone que, si ganan Alberto y Cristina, la corrida contra el peso y la leliq (que es lo mismo dado que la leliq respaldan los depósitos a plazo fijo) puede ser mayor.
En contadas palabras, el mercado cree que con macri la próxima devaluación para ajustar el déficit y el problema de las leliq se podría evitar, o seria mucho menor que con Alberto ganando.
Por eso el dedo en la llaga del candidato opositor, que claramente desnuda uno de los problemas que la administración Macri no pudo resolver (la estabilidad económica), podría volverle en contra, como le ocurrió a Eduardo Duhalde en 1999, cuando resulto un candidato rechazado, en parte porque la gente lo asocio a la devaluación, más allá que describía algunas inconsistencias ciertas que aquellos años: querer mantener a la vez déficit fiscal y convertibilidad a uno a uno.
Conviene recordar, a esta altura, que quien en definitiva define el nivel de las tasas de leliq es finalmente el público que reclama hoy tasas superiores a 50% por plazos fijos, el Gobierno les tiene que pagar a los bancos 60% por las leliq. Es la plata de los ahorristas la que está en juego.
Naturalmente, la cuestión de fondo es porque los argentinos reclaman 50% de tasa. Nos solo por la elevada inflación, sino también por la expectativa de una futura devaluación
Hablar de dólar después de las elecciones y del intríngulis de las leliq es hablar del ajuste que no está completado, apenas insinuando por el Gobierno cuando fracaso el gradualismo económico y a Mauricio lo salvo el FMI merced a la política de shock en las relaciones exteriores.
Curiosa parábola y desafío: el presidente termina el mandato y puede ser reelecto gracias a la política de shock, el gradualismo económico estuvo a punto de hundirlo.
Detrás de la maniobra de Alberto hay clara intención de meter a la economía en el último tramo de la campaña. Se fortalece la oposición si la agenda de campaña es más económica que institucional.
También reaparecen muchos conceptos tribuneros incomentables en medio de una campaña electoral donde se dice cualquier cosa: se repite una y otra vez, por ejemplo, el viejo y remando argumento de que con lo que se paga de intereses de la deuda se puede regalar plata, remedios, felicidad a todo el mundo, y demás tonterías.
Pero hay una verdad que todo el mundo económico conoce. Las tasas de las leliq en 60% no pueden durar para siempre. El ajuste fiscal que sigue necesitando la Argentina a partir del año próximo no está explicitado y hay razones motivos para suponer que habrá un nuevo golpe devaluatorio para resolver por las malas el ajuste que la política y los actores sociales no pueden resolver por las buenas.
Puerta, que exagera en su optimismo según periodistas políticos experimentados que lo conocen al presidente, pronostica un macri mucho más peronista que el que se vio justo a Elisa Carrio en el primer mandato. Más dispuesto a avanzar en acuerdo con el peronismo para los ajustes pendientes.
También un macri más derechizado, tal vez en campaña electoral que se define voto a voto. Remoto la agenda de la seguridad y la lucha contra el terrorismo, anuncio un cambio sustancial en la mirada más equilibrada del estadio sobre la violencia de los 70 en la Argentina prometiendo una ley para reconocer a las víctimas de la guerrilla y hasta hizo anuncios de compra de armamento para los militares. La reelección se juega voto a voto.

(Fuente: El Cronista)