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La historia familiar detrás del joven que asesinó a su hermana

l miércoles último, la ciudad de Córdoba fue escenario de una noticia que generó conmoción: Norma Gabriela Gerónimo, una joven contadora jujeña de 30 años, fue encontrada asesinada y descuartizada en su departamento de Romagosa 306 en barrio Colinas de Vélez Sársfield.

(Facebook)

La fiscalía del primer turno del fuero de Violencia Familiar, a cargo de Pablo Camacho, desde ese mismo día tiene como principal sospechoso a su hermano, Nahuel Gerónimo (18), que confesó el delito luego de ser descubierto por su otra hermana, Anahí Llampa (27). Desde entonces, permanece detenido e imputado del delito de homicidio agravado por el vínculo.

La familia Gerónimo es oriunda de Abra Pampa, un pueblo de casi 10 mil habitantes ubicado al norte de la provincia de Jujuy, donde los vecinos aún no salen de su asombro ante los datos que van apareciendo del escabroso crimen.

Se trata de una localidad que hace tiempo se convirtió en una suerte de paso comercial casi obligado entre Argentina y Bolivia. Se encuentra a unos 240 kilómetros al norte de la ciudad de San Salvador de Jujuy y 73 kilómetros al sur de La Quiaca. Es la segunda localidad más importante de la puna jujeña.

Según contaron periodistas del portal Abra Pampa, mientras Nahuel y Norma son hijos de un mismo padre, Anahí tiene otro progenitor. Pero ninguno de los varones se hizo cargo de criar a los hijos.

Catalina Llampa, la madre, se ocupó de la educación de los cuatro hermanos. Para que en la casa nunca faltara lo esencial, la mujer trabajó durante años como personal de servicio en una escuela nocturna de la zona y además vendía ropa en la estación de trenes.

Gracias a todo su esfuerzo, logró mandar a sus hijas a la ciudad de Córdoba para que continuaran con sus estudios universitarios. Norma se recibió de contadora y Anahí logró obtener el título de enfermera. El otro hermano más grande murió en 2013, cuando tenía 24 años, electrocutado en un accidente doméstico.

En el pueblo se lo recuerda como un joven que había sido protagonista de algunos conflictos con la Policía local.

“Smoke weed everyday”

Mientras las jóvenes avanzaron en sus estudios y terminaron por quedarse a trabajar en Córdoba, Nahuel, el más chico, comenzó a tener desde temprana edad serios problemas de consumo de sustancias tóxicas.

Ante esto, en 2015 Catalina decidió mandarlo también a Córdoba para que viviera con sus hermanas, con la esperanza de que de esta manera pudiera encarrilar su comportamiento.

A principios de 2016, el adolescente ingresó en el Liceo Militar General Paz, algo que fue celebrado por toda la familia, según se observa en distintas fotos subidas a las redes sociales en aquella oportunidad.

Mientras tanto, sus hermanas apuraban la idea de terminar sus estudios y se las rebuscaban con distintos trabajos en la ciudad.

Hoy, varias amigas de Norma, que describen a la joven como una persona inocente, amable y trabajadora, recuerdan que durante aquellos años ella realizó distintas pasantías en bancos, empresas de transporte e incluso en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia. Todo con el objetivo de aliviar la economía familiar.

Para estas amigas que dialogaron con La Voz nunca se advirtió que dentro del hogar familiar en Córdoba hubiera un ambiente violento o problemático.

Sin embargo, cuando parecía que Nahuel había comenzado a andar mejor en el Liceo, el joven abandonó los estudios.

Desde entonces, comenzó una vida errante y durante el último año se la pasó viviendo en la calle. Incluso, en las redes sociales publicaba posteos en los que ofrecía vender marihuana.

En una de sus últimas publicaciones realizadas en Facebook, en mayo del año pasado, se lee: “Smoke weed everyday” (fumo hierba todos los días). Por medio de su cuenta en Instagram, Nahuel hacía gala de sus supuestas habilidades para el autocultivo de esa droga.

Norma no toleraba que su hermano viviera así y siempre trataba de encauzarlo. Lo buscaba por la Terminal de Ómnibus, donde el adolescente solía pernoctar, y le explicaba que tenía que volver a los estudios y dejar las drogas. Todo, mientras siempre le ofrecía un plato de comida y una ducha caliente en su departamento de Romagosa 306.

Fue allí donde el joven volvió a vivir hacía unas dos semanas. Y donde el martes último a la noche se produjo el fratricidio que recién se conocería a la mañana siguiente.

Tras matar a su hermana asfixiándola con un pañuelo y una correa, el joven desnudó el cadáver en la ducha y comenzó a descuartizarlo. En un cuaderno había anotado cómo podía hacer para deshacerse de un cuerpo. A las 2 de la madrugada del miércoles, llevó algunas bolsas con restos a un descampado, a la vuelta del departamento. Cerca de las 9, su hermana Anahí descubrió todo cuando volvió de su turno como enfermera.

Cuando fue detenido, Nahuel confesó varias veces haber asesinado a Norma. Lo dijo ante policías y funcionarios judiciales esa misma mañana tras ser capturado en el departamento de Colinas de Vélez Sársfield. También, en el momento en el que lo subieron a un patrullero y lo llevaron a que lo revisara un médico forense. Y hasta cuando fue trasladado a la unidad judicial de Homicidios.

Quienes lo vieron no dejan de comentar la frialdad con la que Nahuel aseguraba todo. Y el tono de convencimiento que demostraba. Repetía que Norma “lo molestaba” y que esa situación lo había cansado.

Lo extraño es qué definía él como “molestia”: los continuos reproches de su hermana para que cambiara su forma de vida.

(Fuente: LaVoz)