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Nostalgia, dolor y bronca por el desarraigo

Carlos Perdernera, desentiende Huarpe de las Lagunas de Guanacahce, cuando tenia tan solo 22 años, se fue de la tierra que lo vio nacer hace ya más de 30 años.

El día de su partida Carlos, junto a su esposa, alzaron a sus hijos y las pocas pocas cosas que tenían y partieron por la huella as larga, por si en el camino pasaba algo que los hiciese arrepentirse de la decisión que habían tomado. Pero nada de eso pasó, con angustia, tristeza y lagrimas en sus ojos, siguieron su camino en busca de pan del día a día.

A causa de las lagunas secas, ya no podían pescar, no se podían plantar, no podían producir nada. La vida se hacia más cuesta arriba, y cada vez se hacia más difícil.

“Sin quererlo, tuve que tomar la decisión de irme a buscar vida”, manifestó Carlos. “y a pesar de que ya tengo mi vida hecha aquí, si me dicen que las aguas volvieron a las lagunas, sin dudarlo vuelvo al lugar donde nací y me crié, para no perder nuestra descendencia”.

La llamada

El territorio de las lagunas abarca un casi un total de 40 kilómetros, de la villa de Media Agua. Al lugar se puede acceder por huella a campo traviesa solo con movilidades altas.

En la zona, están los puestos Alto de Las Hormigas, La Isla con Jumel, Morales, La Tosca, Gonzales, El Salto 1, 2 y 3; Aurelio Díaz, La Tormenta, Laguna del Toro, La Tordilla, El Tamarindo y La Vaca Parada.

Hoy en el lugar viven al rededor de 200 personas de diferentes edades, con una población de 80 niños aproximadamente.

Pero, como los lugareños dicen: «otra sería la realidad si las lagunas estuvieran con agua. Porque la población huarpe real de las lagunas hoy asciende a más de 900 miembros. Es decir, más de 700 almas fuera de su territorio, que andan penando el desarraigo».

“Todos los que somos nacidos en las lagunas y nos tuvimos que ir, queremos volver; porque sabemos que vamos a vivir mejor, y  porque la laguna siempre nos llama”.

La resistencia

Las familias laguneras que hoy quedan en el territorio resisten a la adversidad en todas sus formas posibles.

Resisten la sequía
Resisten el olvido.

Y como ellos dicen:

«Los que quedamos, seguimos y seguiremos resistiendo por nuestros hermanos que se tuvieron que ir y por nuestros hijos que no lo quieren hacer».

“Lo único que pido de mi parte para todos los que están aguantando en el territorio, es el agua y los caminos”, dijo Pedernera  “Y, principalmente, que nos devuelvan el agua. Porque el agua ha sido de los huarpes”.

Y luego agregaron:

“Si no largan el agua de arriba, todo se va a perder. Se va a perder el lugar; se va a perder la historia y la cultura de nuestras raíces”.

“Yo siento como que estamos abandonados por los Estados y los que manejan el poder”, dijo Pedernera. “Parece que para ellos no existimos. Cuando en realidad ahí nacimos, ahí nacieron nuestros ancestros y ahí estuvimos antes que cualquiera”.

Lo ultimo que Carlos dijo:

“Antes no mataron con armas. Y ahora, como no lo pueden hacer, no sacan el agua”.