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El Gobierno y el albertismo acuerdan cómo hay que renegociar la deuda

El Gobierno y el Frente de Todos, los dos espacios políticos que corren con ventaja para las elecciones presidenciales, comenzaron a acercar posiciones sobre temas sensibles para la economía, principalmente en lo que tiene que ver con la deuda externa.

Esto se sumó a la idea de mantener el equilibrio fiscal del cual ya hablaron ambos espacios. Quedan en pie diferencias irreconciliables, como la política monetaria y cómo debe ser el combate contra la inflación.

Todo esto quedó expuesto ayer en el Seminario de Finanzas organizado por el diario Clarín en el museo porteño Malba. Allí fueron entrevistados en público el economista Matías Kulfas, quien suena como ministro de Economía si Alberto Fernández gana las elecciones, y Hernán Lacunza, actual jefe de la cartera.

Kulfas aseguró que, si Fernández llega a la Presidencia, pondrá en marcha un plan económico que tiene al superávit fiscal como uno de los pilares. Pero aclaró que el tema es cómo llegar a ello. “Por la lógica del ajuste no se llega. Esta experiencia de déficit primario cero tal como la planteó en el 2001 con la Alianza no funciona”.

Lo que genera eso, dijo el economista, es introducir una dinámica donde los ajustes de gastos en contexto recesivo terminan generando una caída muy fuerte en el nivel de actividad económica que termina afectando a la recaudación, de manera tal que el resultado final es que déficit fiscal no se reduce o en una proporción mucho menor a la proyectada.

Por ello, dijo, hay que renegociar la deuda. “Primero tenemos que crecer”, planteó. Y aclaró que el objetivo no es un default, sino “posponer pagos”. Insistió con que no se trata de buscar una quita de capital. “Hay una necesidad de renegociación voluntaria de la deuda y evitar un default unilateral”, afirmó. 

En la platea lo escuchó Lacunza. El funcionario reveló que fue al Malba un rato antes del horario al que lo había citado. “Vine a escuchar al colega Matías Kulfas y sobre todo para enhebrar cuáles son las coincidencias”, afirmó.

“Me parece que aquí tenemos un enfoque en común bastante semejante respecto a hacer una propuesta de negociación amigable, no hostil, de buena voluntad, que haga más hincapié en la extensión de plazos que en una discusión distintas de los términos de las condiciones de la deuda”, sostuvo.

El ministro estuvo la semana pasada en los Estados Unidos, donde se reunió en Washington con autoridades del Fondo Monetario Internacional y con inversores financieros, acreedores individuales y fondos de inversión.

Según dijo, tuvo una “buena acogida” y notó que hay una “buena predisposición” en los acreedores de la Argentina para ver cómo se resuelve la deuda. Señaló también que existe una “alta expectativa” para ver qué propone la Argentina una vez que haya resuelto la contienda electoral.

“Nosotros entendemos que hay problema de liquidez, no tanto de solvencia. El mercado está priceando (estableciendo nuevos precios) esa situación y la incertidumbre electoral precipita un poco los tiempos”, dijo el funcionario.

Aseguró que hay “mucha incertidumbre” sobre la deuda de mediano y largo plazo y existen acreedores que quieren “cobrar todo cash”, pero aclaró que “obviamente ningún país del mundo puede enfrentar esa situación”.

Diálogo de consenso

Lacunza evaluó que resultado de las elecciones va a permitir vislumbrar perspectivas de un programa económico en la Argentina y aclaró que, gane quien gane, el programa con el FMI continuará, por lo que el próximo desembolso llegará “antes de fin de año”.

El Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial también van a desembolsar los créditos que tenían previstos para este año, confirmó el ministro.

En ese escenario, también se mostró esperanzado en que luego de las elecciones avance el proyecto de ley para el reperfilamiento de la deuda. Y aclaró que ya habló “con representantes de la oposición sobre esta visión de hacer una propuesta de negociación no hostil sino voluntaria y amistosa con los acreedores”.

“El proyecto introduce las cláusulas de acción colectiva para los bonos en jurisdicción local, que básicamente es un instrumento de negociación para desincentivar la aparición de holdouts, la aparición oportunista de acreedores no cooperativos”, afirmó Lacunza.

Y agregó: “Ese un mecanismo posible, puede haber otros. Entiendo que es importante que se discuta en el Congreso porque el que tiene que renegociar la deuda es la Argentina, no un partido en particular”.

(Fuente: LosAndes)