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Interrupción voluntaria del embarazo (IVE)

No alentamos el aborto, reclamamos políticas para acceder a la información y planificar cuando tener un hijo. Apoyamos la Ley Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE)para que quien lo decida, sea en condiciones sanitarias adecuadas sin riesgo de vida.

El debate sobre la legalización del aborto está abierto en la Argentina y la lucha por resolver las necesidades de las mujeres también. Es un debate político que genera gran polarización; la sociedad está dividida por varios aspectos, entre quienes no acuerdan con esta práctica por convicciones religiosas, quienes lo han realizado y sienten gran culpa, quienes tienen acceso a métodos anticonceptivos, quienes no, quienes pueden pagar un aborto en consultorio privado y quienes no y acuden a cualquier recurso poniendo en riesgo su vida.

El aborto es una práctica que se realiza desde siglos, basta conversar sobre ello con las mujeres mayores de nuestra familia. O buscar en la historia, incluso de las religiones.

Pero para ir al fondo diremos que lo que está en debate es el papel de la mujer en la sociedad. Con la monogamia, su vida, durante siglos, estuvo al servicio de la familia, esto se naturalizó como su único destino. Decidía casi nada, no elegía a su marido, con quien realizaba el acto sexual sólo para procrear, para la reproducción. La infidelidad o un vínculo amoroso merecía castigo para la mujer; no así para el varón, que tenía amantes, prostitutas y dos o tres familias, como sigue ocurriendo. Y aun se dice: el varón tiene necesidad de sexo. El placer fue sólo aceptado para el varón y considerado pecado para la mujer. Conceptos que subyacen y parecen en opiniones recriminadoras cuando le pasa algo a una mujer.

Pero la sexualidad es un hecho de creación humana de carácter social; un hecho de elaboración humana de subjetividad y conciencia asociada al placer. Tema que ha sido tabú para las mujeres, y a pesar de los avances, lo sigue siendo en muchos sectores.

En el marco de los Encuentros Nacionales de Mujeres, en los talleres, fueron saliendo a la luz aspectos de la vida de las mujeres, de los que no se hablaba. Así, entre las condiciones de vida, de trabajo, el acceso a derechos, junto a la violencia, aparecieron temas “privados, vergonzantes, culposos”, los abortos, los abusos. Y cada vez surgieron más historias.  Como todo lo planteado sobre nuestra vida, en los talleres de los Encuentros, fue analizado, se convirtió en proyecto político, en Ley. Los altos índices de infecciones y muertes por abortos sépticos y de embarazos adolescentes, impulsaron que en el 2002 se aprobara la ley 25.673 de Salud Sexual y Procreación Responsables, la misma obliga al estado a brindar información y asesoramiento sobre anticoncepción en hospitales públicos y garantizar la entrega gratuita de todos los métodos. Incluye enfermedades de transmisión sexual, sida, cáncer génito-mamario. Comprende jóvenes desde 14 años. Su cumplimiento es deficiente en el país, no hay decisión política, porque sigue en discusión nuestro derecho a opinar.

Y en el Encuentro del 2004 y 2005 se fue gestando la Campaña por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito que se funda finalmente el 28 de mayo de 2005.  En el 2006 elabora el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo que presenta al Congreso en el 2007, en el 2009, en el 2010 y hoy está al debate junto con el proyecto del gobierno nacional. En su elaboración participaron profesionales de la salud, del derecho, de las ciencias sociales, etc. Pone eje en la prevención con la triple consigna EDUCACIÓN SEXUAL PARA DECIDIR, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR, ABORTO LEGAL PARA NO MORIR.

Se han producido grandes cambios en la vida de las mujeres. Con su incorporación a la fuerza laboral, su participación en jornadas de reclamo, fue conquistando independencia económica y social y se han puesto metas que van más allá de ser esposas y madres.

El aumento de la violencia contra la mujer está en relación a estas metas, que no son acompañadas por políticas públicas en inserción laboral y en aplicación de las leyes vigentes. En San Juan la Educación Sexual Integral no se aplica, los programas de Salud Sexual y Procreación Responsable se limitan a la entrega de insumos, no de concientización. Por ello aún muchos varones se niegan a usar preservativos, no permiten a su pareja usar anticonceptivos, realizar ligaduras, hay violencia en la intimidad de la pareja, en la imposición de sexo, incluso a cambio del dinero para la comida, entre otras formas muy alejadas del amor, respeto y consenso, según registramos en nuestra tarea militante.

La voz de la mujer cotidiana está ausente en los debates sobre la salud de las mujeres, sobre la despenalización del aborto, así como sobre sus necesidades humanas integrales. Miles de mujeres son pobres en Argentina, sin trabajo o con uno muy precario, sin acceso al cuidado integral de su salud (mamografías, dentadura, PAP, osteoporosis), faltan consejerías: es muy alto el número de mujeres muy jóvenes con cuatro hijos, con enfermedades de transmisión sexual y otras, con denuncias por violencia, etc.

Es responsabilidad del gobierno atender estos temas de prevención y atención de la salud. Y facilitar el acceso a todos los derechos ya conquistados, principalmente el trabajo genuino, que permitan que cada mujer sea protagonista de su propia transformación.

PERLA WELNER