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Escrito por Azul

Yo soy Azul, una chica alta, delgada, de tez blanca con cabello largo y oscuro. Tengo 16 años, vivo con mis papás, cinco hermanos/as y dos sobrinitos. Me gusta el color negro, rojo, blanco y azul. Mi casa es acogedora tiene un fondo grande y hermoso. Por fuera, no es la mejor. La falta de pintura, puede dar la impresión de una casa vieja y descuidada, pero sin dudas, por dentro es otra realidad.

Una de mis actividades diarias es básicamente estudiar cuando voy a la escuela. Fuera de la escuela colaboro con las tareas de la casa, ayudo en la cocina, entre otras cosas.

Me gusta mucho la música, comer, dibujar, cantar y sacar fotografías , aunque ninguna de esas cosas las haga bien.

Además, me fascina el chocolate, ¡ es lo mejor del mundo!

Si se preguntan si tengo miedos, sí, los tengo. Mi mayor miedo es la oscuridad. No sé de donde salió, pero siempre ha estado conmigo. La verdad no puedo estar sola en la oscuridad siempre debo estar acompañada para poder abrazar a alguien. Incluso, por esto, duermo abrazada a un peluche…Shooky. De esta manera, si puedo dormir, mi abuela fue quien me enseñó a dormir abrazada a una almohada o peluche. Siempre ella me decía «en la oscuridad no hay nada, pero si tenés miedo abraza a la almohada o un peluche tuyo muy fuerte para que te sientas segura».

También, está mi miedo a las arañas, este surgió por qué cuando era más chica tenía entre seis o siete años fui al baño y del desagüe de la ducha salió una tarántula, esta era muy grande, color azul y amarillo se movía cuando yo me movía. Por eso, no podía salir del baño, ese día recuerdo haber gritado casi media hora y nadie venía a ayudarme por qué estábamos todos en la pieza de mis padres viendo una peli.

Luego de gritarle a mi mamá y a mis hermanos, solo me quedo gritarle a mi papá el vino para retarme, pero cuando le dije de la araña el salió corriendo a buscar con que matarla cuando la mató me sacó de ese lugar, y me llevó al dormitorio. Sinceramente, ese día mi papá fue mi héroe.

Les cuento un poco más de mí, cuando tenía 1 año me agarró un virus el cual hizo que hasta el día de hoy mi ojo derecho no pueda ver bien, es decir, que veo todo borroso, en ese tiempo no entendía por lo tanto no me afectaba, pero ya cuando llegue a tercer grado de primaria no fui a la escuela en todo el año solo fui a dar las integrativas (exámenes finales) , desde ese momento comenzó a afectarme. Todo el tiempo tenía que tener un parche en mi ojo y mis hermanos usualmente me hacían burlas o malos comentarios como, «tuerta»; «chicata»; «ciega»; etc.

Cuando comencé cuarto grado fue realmente difícil por qué mis compañeros eran igual que mis hermanos y de verdad eso era tan abrumador, tener que soportar el día a día, que te recuerden a cada momento lo que tenés, era realmente cansador. Gracias a Dios estaba mi bisabuela Adele, a la cuál le contaba todo y siempre me decía «déjalos mamita Dios se va a encargar de hacerlos sentir como te sentís ahora, vos vas a salir de esto y vas a ser la niña más hermosa del mundo» lastimosamente cuando llegue a quinto grado ella falleció. Y sí, ya no había nadie que me dijera que todo estaría bien. Todo se me vino abajo, todo cayó en un instante, mi mamá no se dio cuenta lo que ella era para mí. Hasta el día de hoy, no se ha dado cuenta todo lo que la extraño… Hoy en día, ese «defecto» no me daña como lo hacía antes. A veces, me hizo sentir mal, pero la verdad ya no le doy importancia.

Mi vida continúo en segundo año de secundaria con nuevos aprendizajes. Acá conocí a una maravillosa chica, al principio no nos llevamos bien y cuando me acuerdo de eso me da muchísima risa.  En ese entonces yo era muy amigable, cálida, risueña, por lo tanto, no paso mucho tiempo para que fuera mi amiga. Ella era «Ana» ¿cómo les explico que era la mejor en todo?

Sabía todo sobre mí, siempre estaba cuando absolutamente nadie estaba en mis momentos tristes, en los felices, cuando estaba enojada. Era como una mamá a pesar de tener 16 y yo 13 cuando nos conocimos, me daba los mejores consejos. Ana significó y significa mucho para mí. Fuimos mejores amigas desde 2018 hasta 2020 ya que el 02 de junio de ese año ella falleció, hablar de esto me duele mucho, nosotras habíamos acordado de vernos ese día, pero no llegó nunca. Me dijo “¡¿sabes me van a internar¡?» Cuando acordamos ese día en encontrarnos, ella simplemente dejo de responderme, pensé que le habían quitado su celular o que se le había roto por que en ese sentido era muy torpe.

 Ese día habíamos quedado de ir a casa de un amigo en común por su cumpleaños, cuando llegué a casa mi hermano me dijo que le avisaron de la escuela que su compañera Ana Bianco había fallecido, la verdad me dio miedo y mi hermano no quiso pasarme el número para preguntarle a la chica que envío el mensaje si era ella. Cuando se decidió darme el número le envié mensaje y no respondió en ese momento. Fui al baño y lloré. Tenía tanto miedo que fuera verdad. Cuando deje de llorar seque mis lágrimas, lave mi cara y abrí la puerta para salir y ver si había respondido. En ese momento pude leer el chat que decía… «si, es ella».

Mis lágrimas comenzaron a caer y lo único que hice fue llorar como una niña de cinco años, mi mamá vino y me dijo «es ella» y le dije que si me podía abrazar. Luego, me llevó a su pieza fue la primera vez que sentí un abrazo de parte de mi mamá. Lloré toda la noche, me sentía tan mal por que  nuevamente perdía otra persona especial en mi vida, volvía a lo mismo, otra vez se iba quien me alentaba, quien me decía que todo iba a estar bien y cada noche me preguntó ¿por qué tuvo que pasar eso? ¿porqué no pudo ser de otra manera y tenerla conmigo? Teníamos tantas cosas por cumplir y ahora simplemente me quedo sola haciendo todo. La extraño, en la forma más callada posible.

No quiero que se den cuenta si estoy mal, no me gusta que me estén preguntando el por qué estoy mal. Hace un tiempo, ir a la escuela está siendo realmente difícil… por que ella no está y usualmente siempre me siento mal por eso, en el lugar que me siento era su lugar….

Hoy en día trato de no encariñarme con nadie por qué de verdad cuesta mucho despegarse de alguien. Por eso, soy callada, tranquila, trato de no socializar por el simple miedo de volver a conocer a alguien y que en cualquier momento esta persona ya no esté.

Mi vida concluye aquí en cuarto año de la secundaria tratando de aprender y aprobar con 16 años y un poco cansada de la vida. Sí, parece una tontera y sé qué dirán, «tenes 16 no podés estar cansada de la vida, te falta mucho por vivir». Créanme que lo sé. Pero no poder dormir de noche, a veces solo dormir una hora no alcanza.

A pesar de todo, una de mis mayores motivaciones que actualmente mueve mi ser, es aprender coreano, me gusta mucho esa cultura y quiero estar lista por si algún día logro viajar.