El origen del Día del Trabajador en Argentina

El Día del Trabajador tiene su raíz en una lucha internacional, pero encontró en Argentina una fuerte resonancia desde fines del siglo XIX. Su origen se remonta a la masacre de trabajadores en Chicago en 1886, quienes reclamaban una jornada laboral de 8 horas. Aquel hecho marcó una fecha clave para el movimiento obrero mundial: el 1° de mayo.
En Argentina, la primera conmemoración del Día del Trabajador se realizó en 1890, en Buenos Aires, con una movilización organizada por grupos socialistas y anarquistas. Fue una expresión temprana del crecimiento del movimiento obrero en el país, que por entonces ya comenzaba a organizarse en gremios y asociaciones para luchar por condiciones laborales dignas.
A lo largo del siglo XX, el 1° de mayo fue ganando fuerza como una fecha de lucha y reivindicación. En 1930 se lo declaró feriado nacional, y desde entonces se convirtió en una jornada central para la protesta y la memoria de las luchas obreras. Durante el peronismo, esta fecha tomó un fuerte carácter político y simbólico, con movilizaciones masivas que reafirmaban los derechos laborales conquistados.
Hoy, el Día del Trabajador en Argentina sigue siendo una fecha viva: una mezcla de homenaje, reclamo y unidad en defensa de los derechos laborales, en un país donde el trabajo siempre ha sido un eje de identidad y dignidad.
1886 – Estados Unidos: La huelga de Chicago por la jornada laboral de 8 horas culmina en la masacre de Haymarket, marcando el origen del Día Internacional del Trabajador.
1889 – París: La Segunda Internacional Socialista establece el 1° de mayo como jornada de lucha obrera a nivel mundial.
1890 – Argentina: Se realiza la primera conmemoración del 1° de mayo en Buenos Aires, organizada por el Club Vorwärts y sindicatos socialistas y anarquistas. Se presenta un petitorio al Congreso con 12 demandas laborales, incluyendo la jornada de 8 horas y la prohibición del trabajo infantil.
1904 – Diputado Alfredo Palacios: Es elegido el primer diputado socialista de América. Impulsa leyes laborales fundamentales, como la del descanso dominical y la protección del trabajo infantil y femenino.
1909 – Masacre de Plaza Lorea: Durante un acto del 1° de mayo organizado por la FORA, la policía reprime violentamente, causando la muerte de 11 obreros. La huelga general posterior paraliza Buenos Aires durante una semana.
1916 – Gobierno de Hipólito Yrigoyen: Se promueve la negociación colectiva entre sindicatos y empresas, aunque persisten represiones, como la Semana Trágica de 1919 y la Patagonia Rebelde en 1921.
1930 – Feriado Nacional: El 1° de mayo es declarado feriado nacional en Argentina, consolidando su importancia en el calendario laboral y político del país.
1943 – Ascenso del peronismo: Los sindicatos apoyan a Juan Domingo Perón, quien desde la Secretaría de Trabajo y Previsión impulsa derechos laborales y sociales. El 1° de mayo se convierte en una fecha central para el peronismo.
1976-1983 – Dictadura militar: El movimiento obrero sufre persecuciones y desapariciones. Muchos dirigentes sindicales son víctimas del terrorismo de Estado.
1983 – Retorno a la democracia: Se restablecen los derechos sindicales. El movimiento obrero retoma su protagonismo en la vida política y social del país.
Décadas de 1990 y 2000 – Nuevas formas de organización: Surgen los movimientos piqueteros y se fortalecen las cooperativas de trabajo, adaptándose a los cambios económicos y sociales.
2025 – Actualidad: El 1° de mayo continúa siendo una jornada de lucha y reflexión. En San Juan, diversas organizaciones y dirigentes políticos se reúnen en la Plaza 25 de Mayo para expresar su rechazo al plan de ajuste del gobierno de Javier Milei, destacando la unidad del movimiento obrero en defensa de los derechos laborales y sociales.