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A decisión de la Fed y la proximidad de las PASO

La cotización del dólar se encuentra en sus mínimos desde hace más de 2 meses. Para recordar de donde venimos, el 26/04 llegó a los $46,90 y la tasa de interés (que fija el Banco Central) arriba del 70% anual no parecía servir como herramienta de control cambiario. La devaluación del peso no sólo impactaba fuertemente en la inflación sino que a medida que subían los precios bajaba la intención de voto oficialista.

Es necesario entender el proceso para dilucidar que presiones aparecen a medida que nos acercamos a las elecciones, impactan cambios en el escenario internacional y también factores internos que hacen más frágil la oferta de divisas. Empecemos.

La pax cambiaria

El anuncio del Banco Central de poder intervenir (vendiendo dólares) en el mercado verde fue un antes y un después, además de una sorpresa para todo el mundo. Hasta el Financial Times salió a cuestionar este permiso del FMI, contrario a su historia e ideología de libremercado. Después de esta comunicación a fines de abril, mayo comenzó el mes con la progresiva reducción de la tasa de interés de las Leliq que pasó del 74% anual hasta perforar el 60% en las últimas jornadas.

El tipo de cambio no se redujo de forma tan lineal, sobretodo teniendo en cuenta los movimientos del dólar a nivel internacional y los conflictos comerciales en curso, pero las presiones a su alza constante (como en marzo y abril) cesaron. La seguridad de que el Banco Central evitaría saltos en la cotización verde dio tanta seguridad que de hecho no utilizó, aún, esa herramienta.

Si bien esta seguridad cambiaria fue fundamental, también lo fue el fortalecimiento de la oferta de dólares existente. Esto fue, por un lado, por la subasta diaria de 60 millones de dólares (fondos del préstamo con el FMI y regalo vol. II del organismo internacional en términos de permisos) y, por otro, por la liquidación de la cosecha (estos sí, dólares genuinos y no de deuda). Mayor oferta puede contener mayor demanda e incluso hacer bajar la cotización, como paso en las últimas jornadas hasta el viernes último.

¿Qué esperar?

Ahora, y de cara a lo que viene, hay tres puntos que tenemos que tener en cuenta: contexto internacional, liquidación de la cosecha y la proximidad de las elecciones. Vamos una a una.

Con respecto al escenario en los mercados internacionales, la publicación de los datos de empleo de Estados Unidos (más favorables de lo que se esperaba) bajan el tono a las expectativas de que la Reserva Federal (algo así como su Banco Central y mejor conocida como la Fed) bajen fuertemente la tasa de interés.

¿Por qué nos importa? Porque si no hay tal baja, o es muy pequeña, entonces los capitales no tendrán incentivos para mover su dinero a lugares que le reporten mayor ganancia, acompañado de mayor riesgo. Que la Fed no baje la tasa es una mala noticia para todos los mercados emergentes.

Ahora vamos a la liquidación de la cosecha, porque este posible cambio en el escenario internacional se da en meses donde la liquidación del agro se reduce fuertemente. En lo concreto se estima que la liquidación se reducira a la mitad de junio a julio y esto quiere decir que entran menos dólares al país y, por ende, la oferta de divisas se vuelva menos sustanciosa. A medida que vaya terminando el mes las estimaciones se reducen más, se terminaron los meses de fuertes liquidaciones.

Por último, pero no menos importante, a un mes de las PASO la dolarización de las carteras abre paso y las incertidumbres crecen. Debemos agregar a esta presión histórica, que la baja en la tasa de interés de las Leliq todavía no se tradujo al interés que pagan los bancos privados que aún pagan entre 45-50% de interés anual (que se pusieron cuando las Leliq pagaban más del 70% anual). Ahora bien, si el plazo fijo paga menos interés y la incertidumbre crece de cara a elecciones no habría ningún incentivo para quedarse en pesos. Esto es presión de demanda.

¿Entonces?

La realidad es que el Banco Central dispone actualmente de la herramientas necesarias para evitar corridas cambiarias, pero esto no quiere decir que el dólar se mantenga en los niveles actuales.

Esta semana nuestro mercado cambiario dispone de pocas jornadas para poder leer con claridad las señales pero puede haber una respuesta a los datos de empleo de Estados Unidos (como las hubo el viernes pasado) y queda esperar que sucede a medida que nos acerquemos a agosto con mayor presión de demanda y menos oferta para satisfacerla. Pueden evitarse los saltos pero un dólar a $43 es poco creíble.

(Fuente: Filo.news)