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¿De qué minera en San Juan es socia la cerealera sospechada por una gigante deuda a Nación?

Uno de los gigantes industriales nacionales, la cerealera Vicentín, causó un fuerte impacto en el mundo económico nacional al conocerse el gigante endeudamiento que tiene con el Banco de la Nación Argentina y su declaración de cesación de pagos por stress financiero. Lo que pone en duda el recupero de esos 350 millones de dólares y la investigación de una posible maniobra de estafa.


Lo que se conoció ahora es que este conglomerado nacional de empresas es socio de un gigante de los negocios mundiales con fuertes intereses en San Juan, la suiza Glencore, con quien comparte acciones de una compañía dedicada al biodiesel en Santa Fe, y que en San Juan es la propietaria de una de las concesiones mineras más promisorias: Pachón.


El caso Vicentín explotó esta semana con fuerza por el volumen de su deuda y las circunstancias en que declaró su decisión de reformular los pagos a sus acreedores, sin caer por ahora en la convocatoria de acreedores hasta que termine la feria judicial.


Lo que llamó la atención es el abultado monto de su deuda con el Banco Nación: $18.500 millones. Una cifra que sobrepasa largamente el porcentaje de exposición crediticia a un sólo cliente de la entidad (el 20% de todos sus créditos). Y que genera muchas dudas respecto del modo en que se llegó a semejante deuda, que puede incurrir en un resonante impago junto a otras deudas bancarias oficiales del grupo Vicentín, como el Banco Provincia (al que debe $1.600 millones), o de bancos privados como el Macro (con 500 millones).


La lupa está puesta en el desempeño del staff político del Banco Nación en la gestión anterior, encabezada por Javier González Fraga. Quien no figura en las autorizaciones por las tomas de crédito, como sí los gerentes que le respondían.


Por lo que se sabe hasta ahora, Vicentín acumuló esos créditos por el mecanismo de prefinanciación de exportaciones, lo que implica desembolsos bancarios para afrontar la compra y el procesamiento de lo que se va exportar, que se devuelven cuando la empresa percibe el pago desde el exterior. Esos créditos son para cubrir esa brecha en el eslabón de la cadena de los intermediarios que, como Vicentín, compran soja y materias primas a los productores y luego la embarcan al exterior por su propia cuenta.


Así Vicentín fue ganando mercado y ubicándose entre las empresas más importantes del país. Saltó del puesto 6 al 1 entre las que más facturan del sector cerealero, desplazando a Cargill. Hasta que en agosto –coincidentemente con las Paso- dejó de pagarle al Banco Nación y en diciembre le dejó de pagar a los productores y se declaró en refinanciación de sus pasivos, según publicó el diario Página 12.


Fechas todas coincidentes con el año político: las internas y cambio de mando en la presidencia. Su dueño, Alberto Padoán, fue uno de los principales aportantes a la campaña de Mauricio Macri. Y en los años de esplendor, fue acumulando empresas en varios rubros, que ahora se encuentran en el ojo de la tormenta sobre su futuro, como Friar.
Entre ellas, se cuenta la empresa Renova, que es una planta de refinadora de aceite y de biodiesel ubicada en San Lorenzo, provincia de Santa Fé, que es la más importante en su tipo de América del Sur. Tiene otras plantas en Ricardone y en Timbúes, y hasta un puerto propio sobre el Paraná para embarcar granos y biodiesel.


Renova es una SA con capital repartido entre Vicentín y Oleaginosa Moreno SA, perteneciente al grupo suizo Glencore. Y Glencore es la dueña nada menos que del emprendimiento Pachón, la mina de cobre más promisoria del país instalada en Calingasta y que desde hace tiempo deposita expectativas en la provincia.


El asunto es que en la provincia, Glencore está siendo sometida a presión del gobierno provincial para que ponga en marcha de una vez el proyecto y cese con las eternas promesas que viene manteniendo desde que compró el proyecto a Xtrata, envuelto en largas dilaciones desde hace décadas.
A punto tal que hay otras empresas en la línea de largada para tomar el emprendimiento, si es que Glencore no se decide. En especial, ante las perspectivas que se avecinan de muy buenos precios para el cobre a nivel mundial.


Un par de años atrás, Glencore también fue noticia en San Juan por el diferendo que mantiene con la chilena Pelambres por haber arrojado los residuos de su explotación del lado argentino. Un diferendo que escaló fuerte y se saldó con la obligación de retirarlo en tres años, con una causa penal aún abierta.


La suerte de Vicentín y de todas las empresas de su capital o asociadas, no es un tema exclusivamente empresarial. Una eventual quiebra o default de su deuda podría afectar no a todos sus todos sus acreedores –bancos y productores- sino dejar un tendal de impagos en la cadena económica.
Por ese motivo, el gobernador santafecino Omar Perotti es el principal interesado en que el agua no llegue al río y se encuentre una solución, para no ver afectada toda la cadena económica de su provincia. Las ramificaciones de este gigante empresario pueden llegar hasta a San Juan.

FUENTE

FUENTE: TIEMPO DE SAN JUAN