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Nicaragüenses en Costa Rica al borde: pasan hambre y piensan en volver

El impacto de la pandemia de COVID-19 golpeó más duramente a las decenas de miles de refugiados nicaragüenses en Costa Rica. Un relevamiento de Acnur advierte que casi un 40% de ellos perdió sus ingresos por la pandemia y que la cantidad de personas que solo come una vez al día pasó de 3% a 14%.

Si bien la pandemia de COVID-19 ha impactado fuerte en todo el mundo, el golpe ha sido devastador para aquellas poblaciones que ya se encontraban vulnerables antes de que la enfermedad se expandiera. Es el caso de los millones de refugiados que hay en el mundo y a los que la pandemia les significó una nueva barrera a la hora de garantizar una vida digna.

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Recientemente la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), puso el ojo sobre los ciudadanos nicaragüenses que se encuentran refugiados en territorio de Costa Rica. La mayoría de ellos llegó al país vecino desde 2018 y a raíz de la crisis política vivida en Nicaragua.
De acuerdo a datos del organismo internacional, Costa Rica acoge actualmente a más de 81.000 refugiados nicaragüenses, casi el 80% del total de personas que dejaron Nicaragua en los últimos años, lo que colocó al país como uno de los que más solicitudes de refugio ha recibido en el mundo en el último año, con más de 59.000 solicitudes.

La mayoría de los refugiados nicaragüenses viven en San José, la capital costarricense, o en otras zonas urbanas. Muchos, además, se mantienen gracias a ingresos que obtienen del trabajo informal, el sector de la economía más afectado en función de las medidas restrictivas para prevenir la propagación del coronavirus SARS-CoV-2.

Un relevamiento hecho por Acnur da cuenta de la magnitud de este impacto: antes de la pandemia, el 93% de los refugiados nicaragüenses decía tener ingresos constantes relacionados con el trabajo. Iniciada la pandemia, ese porcentaje cayó a 59%.

La caída de sus ingresos redundó en un nuevo problema para los refugiados: tres cuartos de los nicaragüenses en Costa Rica solo comen una o dos veces al día. En efecto, actualmente el 63% de los refugiados solo comen dos veces al día. Más grave aún, la cantidad de refugiados que solo cuentan con una comida diaria pasó del 3% previo a la pandemia a un 14%.
Con una desesperación creciente por asegurar su sustento, los refugiados nicaragüenses comienzan a evaluar un posible retorno a su país, algo que para ACNUR tampoco es conveniente. Según el organismo, el 21% de los refugiados consultados dijo que contempla la idea del regreso, aun cuando las causas que los hicieron dejar su país no cambiaron.
La percepción tiene su correlato en datos oficiales: hasta finales de agosto, 3.000 desplazados habían retirado su solicitud de asilo en Costa Rica.

Por si fuera poco, las dificultades económicas también afectan a la propia actividad de Acnur en Costa Rica: de los 26,9 millones de dólares del presupuesto que la agencia proyectó para 2020, solo logró financiar el 46%. Los fondos de Acnur en Costa Rica se destinan para dar asistencia económica a 1.221 familias, además de asegurar la cobertura sanitaria de unos 6.000 refugiados.

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FUENTE: MUNDO SPUTNIK NEWS