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Barrio Costa Canal 3: “Aprendemos juntos”, un centro de estudios popular

El 2020 es un año distinto a los anteriores en muchos sentidos, pero en especial para la educación. La comunidad educativa hizo muchos esfuerzos, compartidos entre estudiantes, docentes y padres para adaptarse a la nueva modalidad virtual. Por eso la cercanía del final del ciclo encuentra a todos en medio del estrés que producen las idas y vueltas del ministerio sobre la forma de evaluación para pasar de grado, por la presentación de guías atrasadas y por las guías integradoras.
Entre todas las experiencias que se han dado alrededor de sortear los problemas de la educación virtual y salir a delante, encontramos la de “aprendemos juntos” un centro de apoyo y conectividad que se organizó en forma auto gestionada en el Barrio Costa Canal 3, en Capital.
Al inicio de la pandemia, en la casa de Laura, una vecina del barrio que por ser dirigente de la agrupación Mártires López se vinculó a una iniciativa solidaria de sindicatos y organizaciones sociales, se instaló un comedor popular y posteriormente un merendero. Para sostener el comedor contaron con el apoyo de la CCC de Capital y el merendero se resolvió con la ayuda del SADOP.
A esas iniciativas concurrieron los chicos del barrio y sus madres, y llevaron otras inquietudes: la dificultad para realizar las guías que enviaban los docentes. El principal problema estuvo en no poder descargar los “pdf” en los celulares y en no poder imprimirlos. La primera solución llego de la mano de una compañera de la CCC que se ofreció a recibir los pdf e imprimirlos en su casa, para luego distribuirlos. Otra vez se pidió solidaridad a los gremios SADOP y ADICUS que donaron resmas de papel y tinta.

La iniciativa fue bien recibida y por lo tanto las familias se animaron a ir por más: gestionaron la contratación de internet. Hasta ese momento ninguna empresa proveía de internet fija en el barrio, y consiguieron con ayuda de la subsecretaría de infraestructura tecnología a la empresa INTERSAT, quien instaló una antena y financió el costo de instalación. Para pagar esos gastos, Laura y los vecinos realizaron una tómbola.
A partir de ese momento todas las tardes, chicos y chicas de todas las edades concurren a la casa a conectar con el wifi, así poder buscar información para realizar las tereas. La mayoría va con un teléfono para compartir entre varios. “A veces vienes cuatro hermanitos con un celular y un ratito está buscando cada uno”. La situación se ha complicado en las últimas semanas, porque todos quieren completar las guías atrasadas y no alcana el tiempo, los dispositivos, ni el lugar sobre la mesa de la cocina con tantos cuadernos de los chicos completando tareas.
La nueva campaña de los vecinos es para conseguir una computadora. “es urgente conseguir eso para que los chicos puedan seguir estudiando ya que es imposible hacer los trabajos con un celular cuando a veces son 4 hermanos” comentó Laura.