Asunción de Donald Trump: distinto pero no tanto

El lunes 20 de enero asumió formalmente la presidencia de EEUU Donald Trump, quien será nuevamente el máximo mandatario del país del norte. Con su asunción se abren una serie de interrogantes sobre cuáles serán las implicancias para el mundo de este nuevo ciclo que comienza con la presidencia del magnate republicano.
Estas interrogantes surgen a partir de la experiencia de su mandato anterior ,se reafirman con sus declaraciones en campaña y en su discurso de asunción donde volvió a hablar de hacer grande a “América de nuevo”, terminar con el declive de EEUU, impulsar una política anti derechos, racista, homofóbica, represiva sobre los inmigrantes y sus intenciones manifiestas de apoderarse del canal de Panamá, Groenlandia o cambiarle el nombre al Golfo de México por Golfo de “América” reafirmando una idea expansionista.
Lo primero que debemos aclarar es que EEUU es una potencia imperialista, que tiene una política agresiva, expansionista y hegemonista para el control del mundo, los recursos naturales, el comercio, etc. Por lo tanto, la presidencia de Trump no viene a cambiar estos rasgos esenciales, ni lo diferencian de lo realizado por Biden, pero si es necesario analizar cuál será la calidad y las nuevas formas de su política imperialista.
Ahora bien, sería erróneo plantear que hay un mundo solamente agredido por EEUU de manera unilateral, vivimos en un mundo donde no hay países que expresen una política socialista o tercermundista que se apoyen en los trabajadores y en los pueblos como en algún momento tuvimos en el siglo XX con la URSS después de la gran guerra hasta 1957, la China de Mao, entre otras, por el contrario, lo que predomina son las distintas formas de desarrollo capitalista y en las grandes potencias ese desarrollo se da con la forma de imperialismo.
Así pues, la China actual es una potencia imperialista, expansionista y agresiva, que, si bien intenta presentarse como una nación aliada de los pueblos, que solo quiere comercializar libremente, basa su crecimiento sobre la base de la superexplotación de sus trabajadores y de los de los países donde extiende sus monopolios. También las potencias europeas forman parte de la disputa, aunque con menor incidencia ya que han perdido poder en este nuevo ciclo.
También Rusia que mantiene su invasión sobre Ucrania forma parte de los países imperialistas que disputan el control del mundo, pero esta también disminuida de su injerencia mundial y empantanada en la guerra que le ha traído como consecuencia severas sanciones económicas sobre todo en Europa.
Esto es necesario aclararlo en beneficio de la salud y de la unidad del movimiento obrero y revolucionario mundial, ya que hay países, movimientos sociales y políticos, que en la lucha contra un imperialismo que los acosa puntualmente, tienden objetivamente a apoyarse en otro imperialismo, lo cual frustra las posibilidades de liberación de esos pueblos.
China, principal rival de EEUU, por sus propias necesidades, sobre todo teniendo en cuenta su gran población, necesita de materias primas y de la colocación de los productos industriales de sus monopolios, pero no sigue una política como la tuvo Mao de autoabastecer a china con sus propios recursos, sino que sale a la conquista del mundo sin importarle la expoliación de los pueblos a los que somete. Este es el objetivo de la Franja y la Ruta que lo lleva a atravesar el Asia, los polos, los distintos mares y penetrar en los países del mundo.
Esta rivalidad entre las distintas potencias mundiales que es cada vez más agresiva, se da sobre la base de un sistema en el que se acrecientan las riquezas a una minoría a costa de la explotación feroz de quienes la producen. Esta expansión imperialista es posible producto de la opresión de las naciones, los pueblo y los trabajadores
Este es el escenario mundial en el que asume Trump, es un escenario de disputa Inter imperialista con guerras focalizadas y con un imperialismo en ascenso como lo es la China de Xi Jimping.
El objetivo de EEUU en estos últimos años frente al ascenso chino ha sido bloquear sus posibilidades de expansión comerciales, sobre todo en el centro de Europa donde estimulo, vía OTAN, la invasión de Rusia a Ucrania, con lo que limito las posibilidades que tenía China de llegar al centro de Europa desde Rusia. Esta guerra le ha servido a los yankis para presionar y subordinar a Europa y es probable que con Trump se mantenga una política similar. Lo mismo parece ocurrir con medio oriente y Taiwán.
En esta disputa aun no aparece el protagonismo de los pueblos que irrumpan con una experiencia tercermundista que tome distancia de la disputa y levante las banderas del socialismo como lo hizo Lenin en el marco del desarrollo de la primera guerra mundial.
Las experiencias políticas, que llegaron enancadas en la movilización popular, fueron hegemonizadas por la socialdemocracia y hoy están en declive, esto tiene mucho que ver su política de aliarse con alguna de estas potencias y no romper con la dependencia de los monopolios.
Este mundo en disputa también condiciona a la argentina, porque si bien Milei y sus funcionarios se muestran exultantes con el triunfo del republicano Trump, porque comparten sobre todo su agenda contra el progresismo, no puede alejarse mucho de China porque es nuestro principal comprador de soja y por lo tanto nuestro principal proveedor de divisas y así lo demostró el mismo Milei que paso de frases como “no vamos a negociar con comunistas” a “los chinos son fantásticos porque quieren negociar y no te piden nada a cambio”.
Habrá que ver en este segundo periodo de Trump si presenta algo nuevo. Hasta el momento sacando de lado sus declaraciones racistas, xenófobas, homofóbicas, etc. no hay nada novedoso en su política económica que por sus dichos es defensiva frente al expansionismo chino.
En la agenda de Trump también aparece de manera rimbombante la idea de crear trabajo, de abrir fábricas, de proteger a la industria local frente a la competencia China, pero la presencia de los magnates tecnológicos como Elon Musk, Bezos o Zukerberg en su asunción de alguna manera es contradictorio con esto ya que ellos representan un sector de la economía que cada vez genera mayor cantidad de despidos. Por ejemplo, en Silicon Valley miles de programadores están siendo remplazado por la Inteligencia artificial.
La idea de Trump de poner el blanco en el canal de Panamá, Groenlandia o el golfo de México tiene el objetivo de limitar el acceso de China fundamentalmente al Océano Atlántico, especialmente a América e intentar circunscribirla a Asia, obstaculizándole el acceso al pacífico con una alianza de países en el marco del Quad (Diálogo de Seguridad Cuadrilateral), un foro que reúne a Australia, Estados Unidos, India, Japón y Filipinas, todos estos preocupados por el ascenso de China en el Asia-Pacífico.
Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos conforme transcurra este nuevo periodo, pero de alguna manera con las primeras declaraciones de Trump muestran un EEUU que promoverá una política defensiva, no ya la del gran gendarme del mundo sino la de una potencia imperialista que intenta conservar sus posiciones frente al ascenso de una nueva potencia.
Todos estos gobiernos buscan descargar el peso de la crisis sobre los trabajadores y los pueblos del mundo, eliminando conquistas históricas de los trabajadores, su sueño es volver a un mundo similar al del siglo XIX donde las experiencias socialistas no se habían producido aun y la explotación sobre los trabajadores era brutal. Es el caso de China donde hay obreros que trabajan los 30 o 31 días del mes y 70 horas semanales. En ese marco seguramente como lo demuestra la historia no pasara mucho tiempo para que los trabajadores se alcen y pongan freno estos planes.
Para esto es necesario que las fuerzas proletarias, revolucionarias y antiimperialistas mundiales avancen en el objetivo de acaudillar el descontento de la clase obrera y de los pueblos en todos los países y naciones, especialmente en EEUU, Europa, Rusia y China para debilitar la ofensiva imperialista y sobre la base de experiencias que puedan ser exitosas frenar esta ofensiva.
Alberto Agüero-Federico Suero