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Apostillas del Encuentro

MI CABEZA Y MI CORAZÓN NUNCA VOLVIERON ATRÁS

Laura Bohm (*)

Delegación de La Plata

60.000 mujeres colmamos durante el último fin de semana la ciudad de Resistencia.

Participamos del 32º Encuentro Nacional de Mujeres, como hace tanto tiempo venimos haciendo.

En la apertura, la Comisión Organizadora nos dio una cálida bienvenida, con un discurso que describe la situación de las mujeres en Chaco, que nos impulsó para proseguir el desarrollo en los talleres.

Las mujeres de nuestra delegación fueron muy heterogéneas: mujeres obreras, campesinas, estudiantes, estatales, docentes, amas de casa, desocupadas, profesionales, etc. Esto nos permitió participar en gran número en una variedad muy amplia de talleres. Así, cada una de nosotras pudo contar nuestras luchas, padeceres y sufrimientos, pero también todo lo conquistado a partir de la pelea cotidiana.

Las mujeres de Abasto pudieron contar su extraordinaria gesta de cómo fue la toma de tierras, y nos enseñaron a no bajar los brazos frente a adversidades y cómo hoy continúan la pelea para lograr la urbanización y servicios básicos para vivir.

Las campesinas pobres y medias dejaron en claro su sed de tierra, tierra ajena en su mayoría, contando cómo es su trabajo de sol a sol para producir gran parte de lo que consume buena parte del país.

Las docentes en los distintos talleres, contaron su problemática, en particular la huelga que llevaron adelante por aquellos días de inicio del ciclo escolar en nuestra provincia de Buenos Aires.

Las mujeres familiares del glorioso Astillero Río Santiago expresaron su experiencia, cuando consiguieron allá por los años 90, evitar la privatización en tiempos del menemismo, articulando ahora con su actual situación, donde nuestra gobernadora María Eugenia Vidal pretende concretar lo que Menem no pudo.

Las estudiantes en gran variedad de talleres hablaron de sus conquistas, como fue la reapertura del comedor Universitario, el boleto estudiantil, así como las situaciones de violencia que sufren cotidianamente. Muchas eran secundarias, y también muchas las universitarias.

Las desocupadas contaron su lucha cotidiana para poder alimentar a sus hijos, su forma de organización en comedores y merenderos que se han multiplicado en estos últimos 2 años, así como se organizan para combatir la droga que mata a los pibes.

Las estatales dejamos bien claro nuestra batalla contra la inflación, para intentar recuperar el poder adquisitivo de nuestros salarios, que siempre pierde frente a una inflación mentirosa.

En innumerable cantidad de talleres se debatió acerca de la violencia que nos afecta, y lo que se ve: la ausencia de políticas públicas para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres.

Trata, prostitución y femicidios fueron temas muy álgidos que pudimos abordar durante las tres instancias de los talleres. Contamos casos emblemáticos de nuestra ciudad: la desaparición de Johana Ramallo, de la cual no sabemos nada hace casi tres meses, y el gobierno no da respuesta y muestra su indiferencia al no intentar su búsqueda. También el caso de Emma, estudiante de medicina, amiguera, solidaria, brutalmente violada y asesinada en su casa de Punta Lara.

En todos los talleres se desenmascaró la política de ajuste del Gobierno de Macri, que Vidal se encarga de ejecutar en nuestra Provincia.

Y al término de los talleres y de las conclusiones, decenas de miles marchamos por las calles de Resistencia Y una vez más resonó el histórico canto encuentrero: «Qué momento, qué momento, a pesar de todo les hicimos el encuentro».

Y este año también el grito y la pelea por la «emergencia nacional”  en la que estamos embarcadas, para lograr las 100.000 promotoras, que necesitamos para la prevención de violencia contra las mujeres.

Llegamos al Parque de la Democracia y nos encontramos con un sonido de autoparlantes que pretendía silenciarnos y con mucha fuerza y emoción cantamos el himno a capela, a voz en cuello…finalmente lo tuvieron que apagar. Nos encontramos así en un abrazo con la compañera que tuviéramos al lado, fuera amiga, compañera, conocida, o que en ese instante nos veíamos por primera vez. Ahi si arrancó la música que nos permitió expresar bailando nuestra profunda alegría y emoción que nos generan los Encuentros.

Y el lunes y bajo un intenso sol fuimos al cierre con nuestras propuestas de que la ciudad de La Plata fuera la sede en 2018.

Después de tres reñidas elecciones, la provincia más aclamada fue Chubut, la ciudad de Puerto Madryn fue la elegida. Esta provincia es muy castigada y cobra una significación especial en los días que corren.

Volvimos en nuestros micros con el espíritu bien alto, ya imaginando la manera de generar recursos para que en el 33º Encuentro seamos nuevamente miles que participemos, confraternicemos, debatamos, en esta experiencia única e inigualable.

Como solemos decir: “algo cambia en cada mujer que participa”. Y lo afirmo desde mi experiencia personal, con 24 Encuentros vividos, puedo asegurar que mi cabeza y mi corazón nunca volvieron atrás.  Nunca voy a olvidar, en mi primer Encuentro en Tucumán, sin saber bien yo, adónde y a qué iba. Al ingresar al acto de apertura el cimbronazo que sentí al ver esas muchas miles de mujeres, muchas menos de las que actualmente concurrimos, cantar el himno con profunda emoción. Después fui a mi primer taller: «Mujer y familia» y ahí descubrí que mis problemas eran compartidos por varias y aprendí a escuchar voces diferentes. Después, la marcha y el cierre fueron el corolario de esa primera experiencia y ya en mi viaje de vuelta, decidí nunca mas abandonar.

Por eso, y para todas las mujeres que aun no han participado, las invito a que nos preparemos para vivir un nuevo Encuentro Nacional en la Provincia de Chubut.

Patagonia, Chubut, Puerto Madryn.

¡¡¡ALLÀ VAMOS!!!

 

Fuente: Info Data

(*) Dirigente de Mujeres por el Encuentro de La Plata. Fue miembro de la Comisión Organizadora del 16 ENM de La Plata en 2001.

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