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En el choque de gigantes, nadie puede salir ganando

Trump Vs. China: una guerra donde todos pierden

Durante los últimos meses, hemos sido testigos de un lamentable proceso de incesantes tironeos entre los principales jugadores internacionales.

En este contexto, durante un viaje laboral que ya lleva más de una semana, me encontré leyendo sobre la más reciente ida y vuelta de USA y China, lo que me llevó a recordar algunos conceptos de un curso de “negociación bajo presión” que realicé el año pasado en una prestigiosa universidad de zona norte, en las afueras de CABA.

En esta nota te voy a contar por qué y cómo puede ello ser útil para entender los riesgos de la situación actual y cómo podría terminar afectándonos.

Una escalada de manual

Todos cuando fuimos niños tuvimos en algún momento alguna discusión con algún amigo o compañero de escuela.

En mi caso, se me viene a la mente con bastante claridad un episodio particular, en el cuál un par de amigos y yo -a fines de los 90s- nos encontrábamos jugando a la vieja y querida PlayStation.

Recuerdo que uno de nosotros se encontraba bastante ofuscado porque había perdido varias partidas “mano a mano” de manera consecutiva y, por lo tanto, quería cambiar de juego, para probar suerte con otra cosa.

En ese contexto, esa persona amenazó con “apagar la Play” si efectivamente no accedíamos a cambiar de juego. La amenaza resultaba no sólo creíble, sino hasta “terminal”, dado que nos encontrábamos en su casa, jugando con su consola.

Inmediatamente, mi otro amigo y yo redoblamos la apuesta -dado que no queríamos cambiar de juego- haciendo una amenaza condicional. La misma consistía básicamente en abandonar la casa si efectivamente él anfitrión “apagaba la Play”.

Traigo ese ejemplo, tal vez un poco fuera de contexto, porque el mismo retrata una situación bastante común en el contexto de las negociaciones (sí, el episodio de “la Play” se trató de una negociación). Esta etapa, tal como aprendí en mi curso se denomina comúnmente “escalada”.

Esta particular etapa, donde las partes “muestran los dientes” se caracteriza por un aumento progresivo en la intensidad de los actos en torno a un conflicto determinado. Lo que los interesados buscan es, básicamente, demostrar que las acciones tendrán determinadas consecuencias indeseables para ambas partes.

Si bien esta dinámica parece algo innecesaria, lo cierto es que es algo “natural” y hasta deseable en cualquier negociación, ya sea en un contexto lúdico, como el de una tarde de “PlayStation” o como es ahora el reciente caso de Trump y China.

Lo último

Inicialmente, Donald Trump anunció la imposición de un nuevo arancel del 25% para 1.300 productos chinos, con el objetivo de alcanzar términos de intercambio “más justos”.

La respuesta del gobierno chino no se hizo esperar: China anunció una lista de 106 productos estadounidenses para los cuáles también establecerá un arancel del 25%. Las mercancías sujetas a este arancel tendrían un valor de USD 50.000 millones, cifra similar al valor estimado de los productos gravados por Trump, lo que refleja que se trata de una mera respuesta proporcional al embate americano.

Por su parte, China anunció que hará un descargo en la OMC, aludiendo que se han visto “obligados” a responder con esta medida.

A esta altura queda claro que esto es un capítulo que recién comienza. Probablemente oiremos más novedades y más restricciones desde ambas partes en los próximos meses.

Una batalla no solo comercial

Más allá de los hechos del apartado anterior, si tomamos algo de distancia de lo coyuntural, lo cierto es que hay que tener algo bien claro: el ascenso de Trump en sí se trata de una categórica vuelta de página a nivel internacional, un cambio significativo en la relación política y comercial de los grandes players a nivel mundial. Esto, si bien puede sonar bastante cliché, su real impacto no está siendo lo suficientemente bien dimensionado.

Por ejemplo, tan solo leyendo entre líneas un twit de Donald Trump, considero se puede ver claramente que este capítulo, que tiene como motor a un inédito revanchismo americano, recién ha comenzado, y en el futuro se manifestará no sólo en la arena comercial, sino en otros ámbitos, como el de la batalla en torno a cuestiones de propiedad intelectual.