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La caída de un hombre fuerte del kirchnerismo

El entorno de la expresidenta se desploma: la policía detiene por corrupción al exministro de obra pública mientras se vende la principal televisión opositora

CARLOS E. CUÉ

Cristina Fernández de Kirchner insiste en que ella no se presentó a candidata a senadora para lograr los fueros parlamentarios. Si fuera por eso, lo habría hecho en 2015, señalan los suyos. Y parece que no era ese el principal objetivo. Pero la expresidenta sí buscaba ganar las elecciones en Buenos Aires para lanzar un mensaje de fuerza y evitar que caiga por completo en desgracia el kirchnerismo, el grupo que dominó Argentina durante más de 12 años. Su derrota por cuatro puntos el domingo fue el inicio de una semana durísima en la que algunos puntales del kirchnerismo se tambalean. Julio De Vido, el histórico ministro de Planificación, responsable durante esos 12 años de las obras públicas multimillonarias realizadas con los Kirchner, fue desaforado por el Parlamento e inmediatamente fue detenido por un caso de presunta corrupción con todas las televisiones siguiendo en directo cómo los policías, con un espectacular despliegue propio de una operación antiterrorista, entraban en el piso del que fuera hombre fuerte del kirchnerismo durante todos sus años en el poder.

En la puerta del edificio, en la avenida del Libertador a la altura de Coronel Díaz, uno de los mejores barrios de la capital, se acumularon varias decenas de personas a atacar a De Vido y gritar «sí se puede», el lema de los macristas. Las televisiones dieron más tarde en directo todo el viaje de De Vido escoltado por la policía hasta la cárcel de Ezeiza, perseguido por las cámaras y rodeado de sirenas, casi como si fuera la famosa persecució al coche de O. J. Simpson en EEUU, en un espectáculo que parecía perfectamente planificado y que supone un golpe de imagen durísimo para la oposición.

De Vido está acusado de un potencial fraude al Estado de 264 millones de pesos (casi 15 millones de dólares) en una mina y una central hidroeléctrica en Río Turbio, en la provincia de Santa Cruz. La obra costó unos 1.470 millones de dólares.

De Vido es un miembro fundacional del grupo de los llamados «pingüinos», las personas que estuvieron con Kirchner cuando fue gobernador de la patagónica Santa Cruz y le siguieron a Buenos Aires cuando tomó el poder. Fue el único hombre que estuvo desde el principio hasta el final. La imagen de su detención es icónica del final de una época para los argentinos. Las dos personas más importantes de sus ministerios, Ricardo Jaime, exsecretario de Transportes, y José López, ex secretario de Obra Pública, ya están en la cárcel por corrupción. También Roberto Baratta, que fue un colaborador estrecho de De Vido, está en la cárcel. A López le detuvieron in fraganti mientras intentaba ocultar nueve millones de dólares en un convento.

Los tres hombres clave del aparato que manejó los millonarios fondos de obra pública argentina están así encarcelados por orden del juez Claudio Bonadio, el que con más dureza está persiguiendo al grupo de la expresidenta. Los diputados kirchneristas no votaron el desafuero de De Vido, pero tampoco le defendieron, mostrando la soledad del otrora todopoderoso exministro. Ni siquiera Máximo Kirchner, hijo de los expresidentes. La propia Cristina Fernández de Kirchner dijo hace una semana que ella no pone la mano en el fuego por De Vido. La votación quedó con un significativo 176 síes, una abstención y ningún no. Incluso una diputada kirchnerista votó a favor.

Pero este no es el único golpe que sufre el kirchnerismo desde la derrota electoral del domingo que está precipitando todos los movimientos. En las mismas horas, según confirman fuentes del sector, se está cerrando la venta de C5N, la principal cadena de televisión cercana al kirchnerismo y crítica con Mauricio Macri, a un grupo de personas cercanas al Ejecutivo. Es el hundimiento definitivo del imperio mediático construido por el entorno de la expresidenta.

Ella convenció a algunos de sus empresarios fieles como Cristóbal López, dueño actual de C5N, para que compraran medios para construir una alternativa a los históricos Clarín y La Nación, muy críticos con el kirchnerismo. López le compró C5N en 2012 al empresario Daniel Hadad, dueño de Infobae, forzado a vender por enormes presiones de la expresidenta. Ahora es un canal opositor cuya máxima estrella es Víctor Hugo Morales. López, con graves problemas financieros porque el Gobierno le exige pagos de impuestos atrasados, se ve forzado a vender. Otros medios kirchneristas están en quiebra o al borde del cierre, algunos ya cerraron. Otros empresarios cercanos a la que fue familia presidencial como Lázaro Báez, que también tenía medios en Santa Cruz y logró hacerse  multimillonario al copar casi toda la obra pública de esta provincia, está en la cárcel por presunta corrupción.

El vía crucis no se detiene. La expresidenta tendrá que declarar este jueves en otra causa, y puede seguir el mismo recorrido que De Vido en unos meses si siguen adelante los procesos por presunta corrupción que la afectan a ella y a su familia. El resultado electoral parece haber sido un mensaje definitivo de debilidad que augura un panorama político y judicial -ambas cosas en Argentina suelen ir de la mano- muy complicado para un grupo que dominó Argentina durante 12 años y ahora luchar para seguir siendo el referente de la oposición. El resto de los peronistas, también derrotados el domingo por el grupo de Macri, confían en que estas dificultades del kirchnerismo les den la oportunidad de hacerse con el liderazgo. Pero en cualquier caso todas estas imágenes refuerzan el poder del presidente, que ha salido muy reforzado de las elecciones y ya prepara para el lunes una gran presentación de las reformas que intentará sacar adelante con su nuevo capital político y con una oposición en horas bajas.

Buenos Aires 26 OCT 2017

Fuente: El País