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¿Una nueva era?

A la zaga en derechos humanos

La “nueva era” proclamada por Xi Jinping en China no ofrecerá ninguna mejoría en el frente de las libertades, temen los militantes de los derechos humanos que casi no pudieron hacerse oír durante el Congreso del Partido Comunista Chino.

Xi Jinping salió reforzado del XIXº congreso del partido único de China. Los 2.300 delegados ingresaron su nombre en los estatutos del partido y obtuvo un nuevo mandato de cinco años.

En su discurso de apertura del congreso, Xi no dejó ninguna esperanza sobre una flexibilización del régimen, cuyo autoritarismo ya se reforzó durante sus primeros cinco años de poder.

“Cada uno de nosotros tiene que hacer más para defender la autoridad del partido y el sistema socialista chino y oponerse resueltamente a toda palabra o acción de naturaleza a socavarlos”, pidió a sus camaradas. El discurso anuncia la continuidad de “la represión de los disidentes en nombre de la defensa de la seguridad nacional”, según Patrick Poon, de Amnistía Internacional. Durante el primer mandato de Xi, China se dotó de un arsenal jurídico que permite reprimir las voces discordantes, en particular en Internet.

“Alentada por las leyes sobre la seguridad nacional impuestas por Xi, la policía seguirá probablemente persiguiendo a quien se aventure a criticar la política del gobierno”, advirtió desde Hong Kong Frances Eve, de la asociación de defensores chinos de los derechos humanos (CHRD). Las libertades “están en China bajo amenaza constante”, dijo por su parte Margaret Lewis, especialista de derecho chino de la Universidad de Seton Hall en Estados Unidos.

La era Xi Jinping ya fue blanco de críticas en 2015 cuando se detuvo a unos 200 abogados y militantes de derechos humanos. Algunos fueron condenados a penas de prisión. Aprovechando el congreso, que concluyó esta semana, el abogado Yu Wensheng intentó desafiar al régimen publicando una carta abierta.

“El Partido Comunista Chino habla de libertad, de democracia, de igualdad y de Estado de derecho, pero nada de eso existe en China”, escribió. “La élite y los más ricos controlan el poder y la corrupción está en todas partes”. El abogado fue detenido inmediatamente después de haber difundido la carta, que se puede consultar en Internet, pero no en China. La policía lo interrogó durante tres horas el mismo día del discurso de apertura de Xi.

Yu Wesheng, que se hizo conocer el año pasado luego de presentar una demanda contra la municipalidad de Pekín por la contaminación atmosférica, explicó que decidió escribir su mensaje por el deterioro de los derechos humanos en China los últimos años, “en particular el arresto de abogados a gran escala”.

Probablemente el caso más emblemático de la defensa y sufrimiento en pos de los derechos humanos en China, haya sido Liu Xiaobo: crítico de literatura, escritor y activista en pro de los Derechos Humanos y las reformas en la República Popular China. Laureado con el Premio Nobel de la Paz por aclamación para reformas políticas, fue acusado en campañas para terminar con el comunismo.

En diciembre de 2008 fue detenido en respuesta a su participación en la firma de la Carta 08, arrestado el 23 de junio de 2009 por sospecha de “incitar a la subversión contra el poder del Estado”, siendo encarcelado como preso político. Fue procesado con esos cargos el 23 de diciembre de 2009 y dos días después, condenado a once años de cárcel.

Durante el período de prisión, Liu fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en el año 2010, por “su gran y no violenta protesta por los derechos civiles en China”.

Las autoridades chinas nunca lo dejaron salir del país (estaba preso aún) para recibir su premio, y aunque lo liberaron dos semanas antes, un cáncer acabó con su vida en julio de 2017.

Con más de 1.300 millones de habitantes y con el poder que le confiere ser la segunda economía a nivel global, China sin embargo, aún continúa a la zaga en el tema de derechos humanos.

Fuente: El Diario De La República