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Investigan un caso de violencia de género cuya víctima está internada

El acusado es un psicólogo y docente llamado Ariel Ignacio Moya. La víctima se encuentra en grave estado.

Ariel Ignacio Moya Rubinow es psicólogo, docente y estudiante de Filosofía. Nació en San Juan hace 41 años. Este profesional está preso en Mendoza desde principios de este mes acusado de intentar matar a su pareja en el departamento que compartían en Ciudad. Terminará en el Pabellón 5 de la cárcel de Boulogne Sur Mer de la vecina provincia.

La víctima, de 24 años, se encuentra internada en el Hospital Central desde hace 17 días y su estado reviste gravedad: contrajo neumonía y lucha por vida.

El caso es considerado de extrema complejidad debido a que el hombre habría intentado engañar a la familia de su pareja –se reserva su identidad por tratarse de un caso de violencia de género– y también a los investigadores, asegurando que se trató de un intento de suicidio.

Moya Rubinow está imputado por femicidio en grado de tentativa y, en los próximos días, su situación procesal podría complicarse porque la fiscal de Homicidios que instruye la causa desde las primeras horas, Andrea Lazo, solicitará la prisión preventiva en su contra.

La representante del Ministerio Público entiende que existen sobradas pruebas para mantener al acusado en una celda carcelaria mientras continúa el desarrollo de la instrucción.

De acuerdo con la información, el presunto agresor habría atacado a su pareja la noche del sábado 26 de febrero en su departamento de calle España, de la ciudad de Mendoza. 

La hipótesis de la fiscalía agrega que quiso matar a la joven con sus manos u otro elemento mediante asfixia, aproximadamente, a las 23.30 de ese día.

En un principio, no era considerado un hecho doloso. La víctima ingresó al Hospital Central como intento de suicidio. La declaración de Moya Rubinow acompañaba esa teoría.

Explicó, palabras más palabras menos, que había encontrado a su pareja colgada con unas sábanas en el cuello en un sector del domicilio. Lo hizo entre lágrimas y buscando la complicidad de su entorno. 

Sin embargo, los detectives fueron en otro camino. Se miraron entre ellos y tomaron la explicación del profesional como “una actuación”.

La familia de la chica, en un primer momento, creyó su versión. Pero, todo cambió cuando los médicos detectaron una serie de lesiones que no eran compatibles con lo que había aportado el sospechoso.

Se profundizó el trabajo de la fiscal Lazo y confirmaron con pruebas objetivas que el psicólogo había montado un escenario con el objetivo de disimular el ataque que había cometido. Allí, los padres de la víctima cambiaron la imagen que tenían de Moya Rubinow.

Se activó el protocolo para casos de femicidio, y profesionales del Cuerpo Médico Forense se trasladaron al hospital de calle Alem, de Ciudad, y concluyeron, después de un estudio, que no se trataba de un intento de suicidio.

Fuentes del caso revelaron que tres médicos aseguraron en el expediente que la víctima presentaba quemaduras en el cuello que no son propias de un suicida.

Es más, mientras se encontraba inconsciente en una de las habitaciones del hospital, la joven comenzó a gritar: ‘Me quiere matar, me quiere matar’, detallaron los informantes.

El caso se encuentra en pleno proceso investigativo. En la fiscalía trabajan en todos los detalles y tienen probado un caso intencional. Tanto es así que sostienen que el sospechoso cortó las sábanas para lograr la simulación de intento de suicidio. 

Desde que le notificaron la imputación, el psicólogo prefirió el silencio en el expediente.

Fuente: Diario El Sol